El alcance de la intervención del sector público en la sociedad y la
economía no responde a un patrón único. Más allá de las funciones esenciales
que ha de desempeñar para el funcionamiento de un Estado, puede hacer un
despliegue más o menos amplio de funciones en distintos apartados. En gran
medida depende del tipo de sistema económico y del reparto de papeles entre los
sectores público y privado. En cualquier caso, el hecho de que el Estado sea el
encargado de suministrar un conjunto de bienes y servicios contando con
financiación a través de impuestos no implica necesariamente que la producción
se lleve a cabo directamente por funcionarios públicos. Las vertientes de la financiación
y la producción son independientes.
El análisis de la evolución reciente del empleo público, en los países de
la OCDE y en España, permite realizar las siguientes observaciones:
Diversidad de modelos: No existe ningún modelo teórico estricto, ni tampoco en
la práctica. Nos encontramos con un panorama muy diverso, en el ámbito
internacional, respecto al peso del empleo público dentro del empleo total. Son
los países nórdicos, como Noruega, Suecia y Dinamarca, los que presentan unos
mayores niveles, cercanos al 30%. En contraposición, Japón y Corea son los que
registran las menores cotas de todos los países de la OCDE, con un 6% y un 8%,
respectivamente.
España, cerca de la media de la OCDE: Con algo más de un 17% sobre el
total, España se sitúa algo por debajo de la media de dicho grupo de países.
Dentro de la Unión Europea, Francia supera el 20%, mientras que Italia y
Alemania se ubican en la franja que va del 10% al 15%.
Evolución desde la gran crisis: Entre el 2007, año de inicio de la gran crisis
financiera internacional, y 2019, el empleo público creció en la mayoría de los
países de la OCDE. En sólo 10 de éstos, el empleo público creció más
fuertemente que el empleo total, y España es donde se registra una mayor
diferencia. Es el único país de la OCDE donde, en dicho período, el empleo
público creció, mientras que se redujo el empleo total, en ambos casos en
promedio anual.
Importancia de las administraciones territoriales: Otro rasgo
significativo es que España es, junto a varios países con estructura federal de
gobierno, donde mayor es el porcentaje de los empleados de las administraciones
territoriales sobre el empleo público total, del orden del 80%. En el período
2013-2019, nuestro país es de los pocos donde decrece el empleo en la
administración central.
Sector privado-sector público: En España, de la cifra total de ocupados en 2021, justamente
dos tercios son asalariados del sector privado, casi un 16% son no asalariados
(esencialmente, empresarios autónomos) y un 17,4%, asalariados públicos.
Evolución de la ocupación total: Con datos medios anuales, el empleo total alcanzó su
nivel más alto en el año 2008, con una cifra de 20,5 millones de personas
ocupadas. Después de alcanzar un mínimo en el año 2013, con 17,1 millones de
ocupados, el empleo total ha venido creciendo año tras año, con la salvedad del
año 2020, en el que se desencadenó la pandemia del coronavirus.
Creación de empleo público: La recuperación del empleo es perceptible en el año 2021,
aunque aún no se ha alcanzado el máximo histórico. En dicho año, el sector público
ha tenido un impacto positivo en el empleo, con 151.000 efectivos adicionales
(27% del aumento neto de la ocupación). Su tasa de variación anual (4,6%)
excede claramente la del empleo privado (2,6%). La cifra de empleados públicos
(casi 3,5 millones) marca un máximo y supera en 1 millón la del año 2001.
Distribución del empleo público: Por sectores, la distribución de los asalariados
públicos en España es la siguiente: administración central, 15%; administraciones
de la seguridad social, 1%; comunidades autónomas, 59%; administración local,
20%; empresas públicas, 5%.
Edad: En España, casi un 50% de la plantilla del gobierno central tenía, en
2020, 55 años o más, y sólo un 5% pertenecía al rango entre 18 y 34 años.
Presencia de mujeres: Casi un 60% del total de personas ocupadas en el sector
público son mujeres, y representan más de un 40% de los puestos de gestión superiores.
(Artículo publicado en el diario “Sur”)