En caso de que este artículo tuviera algún
hipotético lector (o lectora), le solicitaría que dedicara unos minutos a contestar
las tres siguientes preguntas:
Q1. Imagine que Vd. va a recibir una suma
de 1.000 euros dentro de un año y, a lo largo de ese año, la inflación fuese
del 1%. Al cabo del año, con esos 1.000 euros, Vd. podrá comprar: a) Más de lo
que podría comprar hoy; b) La misma cantidad; c) Menos de lo que podría comprar
hoy.
Q2. Imagine que alguien deposita 100
euros en una cuenta de ahorros con un tipo de interés garantizado del 2% por
año. Esa persona no efectúa más ingresos en esa cuenta y no retira ningún
dinero. En dicha cuenta no hay comisiones ni impuestos. ¿Cuánto habría en la
cuenta al cabo de cinco años, una vez que se haya efectuado el abono de los
intereses?: a) Más de 110 euros; b) Exactamente 110 euros; c) Menos de 110
euros.
Q3. Por lo general, es posible reducir el
riesgo de invertir en Bolsa mediante la compra de una amplia variedad de
acciones: ¿Verdadero o falso?
Las anteriores son las preguntas
utilizadas para medir el nivel de la cultura financiera de la población
española. Son preguntas habituales en diversos estudios internacionales y que
permiten comparaciones homogéneas entre países. La apreciación del grado de
cultura financiera es primordial para el diseño y la implementación de los
programas de educación financiera. Desde hace algunos años, se ha desplegado un
amplio conjunto de iniciativas en todo el mundo, bajo el impulso de organismos
e instituciones internacionales como la OCDE, el Banco Mundial, el G20, o la
Comisión Europea.
Según los resultados de la última Encuesta
de Competencias Financieras del Banco de España, realizada en el año 2021, el
65% de las personas adultas (de 18 a 79 años) responden correctamente la
primera (efecto de la inflación sobre el poder adquisitivo), el 41% la segunda
(noción del interés compuesto), y el 52% la tercera (consecuencia esperable de
la diversificación del riesgo). En promedio, la población española presenta un
índice de respuestas correctas del 53%.
Este porcentaje no es uniforme, sino que
se aprecian notables diferencias entre los diferentes colectivos: i) las
mujeres tienen un porcentaje de acierto (48%) inferior al de los hombres (58%);
ii) el mayor conocimiento se da en la franja de edad de 45 a 64 años, y el
menor en la de más de 65 años; iii) el porcentaje promedio de respuestas
correctas aumenta con el nivel educativo (43% en las personas con nivel
inferior al bachillerato, 55% en las personas con bachillerato; y 64% en las
personas con educación universitaria); iv) el índice de respuestas correctas
también aumenta con el nivel de renta familiar; v) Aragón, Madrid y Rioja son
las regiones que obtienen un mayor índice, en contraposición con Andalucía,
Baleares, Castilla-La Mancha, y Extremadura.
A tenor de los resultados obtenidos, no
puede decirse que el panorama sea demasiado alentador, ni que se perciban
cambios notorios en los últimos años respecto al nivel de conocimientos
financieros. Tampoco es muy tranquilizador saber que las preguntas utilizadas,
aunque significativas e ilustrativas, son bastante simples cuando se comparan
con los extensos contenidos recogidos en los marcos de competencias financieras
establecidos por la OCDE y por la Unión Europea.
En todo caso, el diagnóstico que se
desprende de la Encuesta no viene sino a reafirmar la necesidad de potenciar
los programas de educación financiera con el objetivo de que cualquier persona
pueda tener unos conocimientos básicos para afrontar, de manera responsable y
consciente, las múltiples decisiones financieras que tiene que tomar a lo largo
de la vida. Disponer o no de esa capacidad puede tener una gran incidencia en
el bienestar económico personal y también en la sociedad en su conjunto.
Sólo un 19% de las personas encuestadas
respondieron correctamente las tres preguntas. Si Vd., en caso de haberlas cumplimentado,
ha señalado, respectivamente, las opciones c,
a y verdadero, se encuentra dentro de ese selecto grupo. No obstante,
para ser considerado como persona con alto nivel de conocimientos financieros
por la Unión Europea, sería preciso, además, responder bien (a y b)
al menos una de las dos siguientes preguntas:
Q4. Una inversión con una elevada
rentabilidad es probable que, respecto a otra inversión con una baja
rentabilidad, sea: a) Más arriesgada; b) Menos arriesgada; c) Igual de
arriesgada.
Q5. Si suben los tipos de interés, ¿qué
les ocurrirá típicamente a los precios de los bonos?: a) Subirán; b)
Disminuirán; c) Permanecerán igual.
(Artículo publicado en el diario “Sur”)