28 de abril de 2023

Estados Unidos vs China: ¿una nueva era aterradora?

 

Muchos de los artículos de Martin Wolf evocan connotaciones schumpeterianas, ya sea por la fuerza o la majestuosidad de los mensajes que contienen, o por la visión holística empleada, apoyada en un análisis prospectivo de largo alcance, de los grandes problemas económicos. Teoría, historia y estadística, los tres ingredientes que el economista austriaco requería para un economista, se dan cita en las lúcidas contribuciones del editor económico jefe del Financial Times. Una metodología económica que, intrínsecamente, va más allá de los modelos matemáticos.

Es difícil permanecer impasible ante los títulos de los artículos de Wolf. Su impacto es grande y persistente. Generan una fuerza atrayente a la que cuesta trabajo ofrecer resistencia. ¿Quién puede sustraerse a la lectura de un texto con esa firma que proclama un mensaje tan contundente como este?: “US-China relations have entered a frightening new era”. ¿Quién puede no sentir inquietud ante esa amenaza desvelada?: las relaciones Estados Unidos-China han entrado en una nueva era aterradora, una era de confrontación estratégica. Para Wolf, “Esto es especialmente así para aquellos de nosotros que deseamos que los ideales de la libertad individual y la democracia prosperen, mientras se coopera con China tanto en mantener la paz y la prosperidad como en proteger nuestro precioso planeta. De alguna manera, hemos de cooperar y competir, evitando también un conflicto militar”.

De nuevo nos encontramos con la “coopetencia”. Vaya reto más tremendo conseguir que prosperen la libertad individual y la democracia. Resulta descorazonador que, a estas alturas de la historia, haya que competir por esas pautas, sin que, por lo demás, nadie garantice que la competencia se lleve a cabo en un terreno de juego equilibrado. ¿Cómo se garantiza la ecuanimidad para respetar unas premisas cuando uno de los contendientes desecha por principio? Ciertamente, el calificativo wolfiano no parece demasiado exagerado.

26 de abril de 2023

Economía con rostro de Mona Lisa

Las percepciones cotidianas sobre la situación y el rumbo de la economía parecen instaladas en una suerte de montaña rusa. Ora da la impresión de que nos vemos abocados al precipicio, ora percibimos mercados en ebullición, primero asalta el temor a un desempleo desatado, después vemos que no se encuentran suficientes personas con perfiles profesionales especializados, pero tampoco de otros carentes de grandes requerimientos, un día las cotizaciones bursátiles amenazan con desplomarse, otro se desata la euforia inversora, al amanecer se anuncia el ocaso de las criptomonedas, pero antes de llegar el anochecer sus cifras se reponen y se expanden, lo mismo, de una u otra forma, acá y allá.

La economía postpandémica es como la Mona Lisa, asevera The Economist. El rostro de la economía es tan ambiguo, equívoco y esquivo como el de la protagonista de tan admirada obra: “A primera vista… parece que sonríe. La miras de nuevo y su sonrisa se desvanece. Cuando reaparece, es una clase de sonrisa diferente. Leonardo da Vinci logró ese efecto ambiguo con el uso del esfumado… No importa cuántas veces la contemples, no estás seguro de lo que está ocurriendo”.

Aunque no puede decirse que la conclusión constituya una novedad -al menos como expresión conocida en los informes económicos de los organismos internacionales- es a la que llega el semanario británico: “la realización de previsiones raramente ha sido más difícil”. La multiplicación de la palabra “incertidumbre” en tales informes es un claro indicio. No obstante, en su día Umberto Eco venía a decir aquello de que “hubo un tiempo en el que tenía muchas dudas; ahora no estoy tan seguro…”.

Un repaso de cómo evolucionan algunos indicadores económicos, un tanto caprichosamente, lleva a sostener que, simplemente, el mundo ha podido volverse más volátil. Asimismo, se menciona la influencia de algunos cambios más profundos. El primero está relacionado con las disrupciones causadas por la Covid-19. El segundo, con la disminución del tamaño muestral de los colectivos de personas que aceptan participar en las encuestas oficiales. La caída en las tasas de respuesta ha podido elevar la volatilidad de los datos, además de estar originando sesgos: “Las personas que han dejado de responder en las encuestas parecen ser menos prósperas que las que continúan haciéndolo, lo que lleva a inflar engañosamente la renta”. Así, no es descartable que “la economía global permanezca esfumada durante algún tiempo”. No sólo es difícil predecir (“sobre todo el futuro”, ya se sabe), sino incluso saber lo que está ocurriendo. 



22 de abril de 2023

Impuestos y sublevaciones populares

 

La tesis del papel de los impuestos en las revueltas y sublevaciones populares que han tenido lugar a lo largo de la historia está bastante extendida. El conocido reclamo de “Cherchez l’impôt” suele servir de ayuda bastante útil para esclarecer las claves de numerosos conflictos sociales.

En un breve artículo de opinión publicado en el diario “Expansión” (19-4-2023), José María Fernández Sousa-Faro recoge dieciséis episodios en los que el conflicto se atribuye a una elevada carga impositiva. Los episodios reseñados describen un amplio arco temporal que va desde el siglo III al XIX.

Son, a juicio del autor del artículo, “ejemplos históricos … de lo mal que soporta la población los abusos impositivos”. Aunque sin mencionar las referencias del autor de la “Teoría General”, que podría haber estado alienado con su tesis, sitúa en el 25% el umbral de la “abusividad” impositiva, porcentaje que se antoja hoy día un tanto reducido, al menos a tenor del comportamiento observado de la población.

Un claro indicio de que hay otros factores condicionantes del comportamiento poblacional, que vienen a cuestionar la pretendida universalidad de las teorías monistas, también la de las que conciernen a la fiscalidad.

16 de abril de 2023

La vigencia de la Escuela de Salamanca, cinco siglos después

 

Ante un cúmulo de convulsiones económicas que se suceden sin solución de continuidad, el pensamiento económico se ve sometido a un desafío permanente, y las medidas de política económica convencionales quedan completamente desarboladas. Pero también en otras épocas ha habido grandes retos de ese tenor derivados de transformaciones extraordinarias. Así ocurría en la España del siglo XVI, en la que germinó la Escuela de Salamanca. Evocar su perspectiva metodológica y rememorar sus aportaciones doctrinales puede tener efectos reparadores y clarificadores en el confuso panorama en el que nos encontramos inmersos. Al hacerlo, no podemos dejar de asombrarnos del impresionante legado intelectual que nos dejaron los doctores escolásticos, como Francisco de Vitoria, Domingo de Soto, Martín de Azpilcueta, Cristóbal de Villalón, Luis de Alcalá, Luis Saravia, Juan de Medina, o Tomás de Mercado.

Soslayadas durante mucho tiempo, las aportaciones de la Escuela salmantina alcanzaron mayor reconocimiento dentro de la comunidad académica gracias a los trabajos de la historiadora británica Marjorie Grice-Hutchinson, afincada en Málaga y Doctora honoris causa por su Universidad. En su magna obra “Historia del análisis económico”, Schumpeter no dudó en atribuir a dicho grupo la consideración de fundador de la economía científica. Y ello a pesar de que el planteamiento de los escolásticos -en su mayoría, frailes pertenecientes a órdenes mendicantes- tenía unas raíces y una finalidad morales. Su intención era armonizar la fe y la razón. Para ellos, no era posible encontrar una solución acertada de los problemas únicamente a partir de principios generales. Consideraban necesario descender al estudio y al análisis minucioso de las circunstancias que definen cada caso concreto. La compraventa de bienes y el dinero, al igual que la institución de la propiedad privada, eran elementos necesarios para facilitar la vida en sociedad, y será en función de esa finalidad cómo los doctores escolásticos valoren su moralidad.

Esa mentalidad abierta, complementada con un espíritu crítico y con la libertad necesaria para ejercerlo, permitió desplegar una impresionante agenda investigadora, que no deja de causar admiración. Una lista, incluso no exhaustiva, de sus contribuciones permite constatar lo anterior:

i.Desempeño de un papel decisivo para construir las bases del Derecho de gentes, origen del moderno Derecho internacional.

ii.Justificación del cobro de un interés en los préstamos como una especie de prima de riesgo, y por la consideración del factor tiempo (preferencia temporal).

iii.Noción de “precio justo” como aquel que resulta de la interacción de la oferta y la demanda, sin interferencias, fraudes, engaños, ni monopolios.

iv.Desarrollo de una teoría del valor subjetivo basado en la utilidad: el valor de una cosa no depende de su naturaleza objetiva, sino de la estimación subjetiva de las personas.

v.Esbozo de la teoría cuantitativa del dinero, según la cual el nivel de precios depende de la cantidad de dinero en circulación. Así, la inflación (la “revolución de los precios”) podía no deberse a la especulación de los mercaderes, sino al aumento de la cantidad de dinero en circulación (entrada de oro y plata procedentes de América).

vi.Identificación de la teoría de la paridad del poder adquisitivo: los vaivenes del mercado de divisas pueden estar relacionados con los cambios en los niveles de precios en los mercados interiores de los países cuyas divisas se intercambian.

vii.Delimitación de las tres funciones de dinero: medio de pago, unidad de cuenta y depósito de valor. Para su cumplimiento, debía tener un valor fijo. La adulteración de la moneda da lugar a un tributo ilegítimo.

viii.Explicación embrionaria de la creación de dinero por la banca, y de las burbujas crediticias, preparatoria de la teoría austriaca del ciclo económico.

ix.Anticipo de la idea moderna de responsabilidad social empresarial, al calificar la actividad comercial como deshonesta por sí misma, si se dirige exclusivamente al logro de la ganancia. Para ser lícita, además del sustento del comerciante, debe encaminarse a la satisfacción de necesidades sociales.

x.Defensa de principios generales de la imposición: los impuestos deben establecerse por una autoridad suprema por causa justa (bien común), con el consentimiento del pueblo (las Cortes), y de forma proporcionada.

Cinco siglos después de su florecimiento, las aportaciones de la Escuela de Salamanca, merecedoras del mayor reconocimiento por su papel en la conformación de la doctrina económica, siguen siendo una valiosa fuente de inspiración para abordar los problemas económicos. No sólo por su sabio contenido, sino también por su enfoque metodológico, basado en el criticismo científico y académico, bajo el estandarte supremo de la libertad de pensamiento.

(Artículo publicado en el diario “Sur”)




15 de abril de 2023

Lost rainy days

 

Proveer para los días de lluvia. Sigue siendo una de las máximas de la ortodoxia presupuestaria. La expresión aún se emplea en la esfera de sector público estadounidense. En el caso de España, su uso ha venido siendo mucho más limitado, tanto en la forma como en el fondo. Pero, ya sea en el ámbito del sector público, en el empresarial o en el familiar, el espíritu de la provisión de fondos para los días de estrechez, carencia o necesidad es cada vez más necesario.


Lo que también parece quedar bastante claro es que, de apelarse a ese espíritu, será preciso manejar alguna expresión distinta. Hablar ahora de rainy days significa evocar un suceso raro y poco probable, casi una añoranza de tiempos pasados. A pesar de ello, no hay que descartar que, entre los eventos inciertos de consecuencias catastróficas sobre los que advierte Vito Tanzi, se encuentren también algunos protagonizados por la lluvia. Ahora, para evocar aquellos días de primavera, en los que la hierba crecía, agradecida del agua recibida, hemos de contentarnos con disfrutar del momento del riego en el parque, y soñar por un instante que ha regresado la lluvia, the (lost) gentle rain.




11 de abril de 2023

Tras las huellas de Picasso

 

Hace justamente unos días, un experto en arte comentaba que la figura de Picasso era de tal calibre que había logrado escapar indemne de los intentos de ponerla en cuestión al calor de potentes movimientos doctrinales convertidos en imparables. Resultaba ciertamente llamativo que un artista de semejante relevancia y notoriedad hubiese podido esquivar una ofensiva de ese tenor. Algún contertulio versado en finanzas esgrimía que no había que perder de vista el contrapeso de la enorme potencia económica de la marca picassiana, como tampoco la significación como exponente de la creación artística del genio malacitano. Podían, en suma., haber influido distintos factores para propiciar un panorama asaz apacible para él y para su legión de admiradores.

Ahora, sin embargo, al cumplirse el quincuagésimo aniversario de su fallecimiento, y leer las páginas de la revista The Economist, en sus dos primeros números del mes de abril, podemos comprobar cómo no era aquella sino una visión un tanto optimista. En uno de los artículos publicados se hace referencia a la obra “Monsters”, en la que la autora, Claire Dederer, identifica a Picasso como “un genio moderno arquetípico: un artista cuyos vicios han sido vistos como un subproducto de su raro talento”. En otro se recuerda que cada vez es más difícil separar el comportamiento personal de la producción artística.

Pero a esa implacable faceta se añade, como derivada, otro componente más mundano, el de la caída de la cotización de las obras picassianas en el mercado del arte, donde, hasta ahora, se erigían como claras dominadoras. El semanario británico (“Peak Pablo”, 1-4-2023) se hace eco de la sensibilidad de algunos gestores museísticos ante “el problema interconectado de la misoginia, la masculinidad, la creatividad y el ‘genio’”, planteado por diversos colectivos de visitantes de espacios museísticos. “…With Picasso the artist and Picasso the man falling out of favour, so could his oeuvre”. The Economist dixit. Alea iacta est.

8 de abril de 2023

Cosechadores de pérdidas fiscales

 Como ya hemos señalado en diversos artículos publicados en este espacio, los criterios adoptados por la normativa fiscal difieren apreciablemente, en no pocos aspectos, de los que propugnan los economistas. Uno de los más significados concierne al momento de computar, a efectos de su gravamen o su deducción en el IRPF, las ganancias y las pérdidas patrimoniales. A diferencia del criterio económico, que aboga por computar las ganancias y las pérdidas cuando se produzcan, con independencia de la venta o del mantenimiento de los activos, la legislación fiscal suele aferrarse al criterio de realización. Es decir, sólo se gravan o se deducen, en su caso, las ganancias y pérdidas patrimoniales realizadas, no las latentes.

Así las cosas, los inversores que hayan incurrido en ganancias y pérdidas latentes podrían estar inclinados a vender los activos con pérdidas, a fin de compensarlas con ganancias en otros activos, e, inmediatamente, reponer su posición accionarial en la sociedad donde se han generado las pérdidas.

En evitación de esta práctica, conocida como “recolección de pérdidas fiscales” (“tax loss harvesting”), la normativa fiscal establece restricciones tajantes. En el caso español, la Ley del IRPF dicta que “No podrán integrarse a efectos liquidatorios como pérdidas patrimoniales en el mismo ejercicio en que se generan las derivadas de la transmisión de elementos patrimoniales, cuando se vuelvan a adquirir en un plazo determinado los mismos elementos patrimoniales transmitidos o, en el supuesto de que los elementos transmitidos fueran valores o participaciones, cuando se adquieran valores o participaciones homogéneos… La aplicación de esta norma cautelar está condicionada a que la recompra se realice en los siguientes plazos: a) Dos meses anteriores o posteriores a las transmisiones, tratándose de valores o participaciones admitidos a negociación en alguno de los mercados secundarios oficiales de valores…; b) Un año anterior o posterior a las transmisiones, cuando se trate de valores o participaciones no admitidos a negociación en alguno de los mercados secundarios oficiales de valores anteriormente citados; c) Un año posterior a la transmisión, tratándose de otros elementos patrimoniales. Cabe precisar que en todo caso debe adquirirse el mismo elemento patrimonial transmitido”.

En relación con Estados Unidos, según un informe de ProPublica[1], algunos inversores han esquivado las restricciones existentes en dicho país mediante la adquisición de títulos “sustancialmente idénticos” dentro de los 30 días siguientes a las ventas de las acciones con pérdidas incorporadas.

Sin embargo, como señala S. Foley, este tipo de “juegos” no es exclusivo de los “milmillonarios”: “La recolección de pérdidas fiscales se ha mecanizado gracias al desplome de los costes del trading, y al auge de la denominada indexación directa”[2].








[1] Vid. P. Kiel y J. Ernsthausen, “How the Wealthy Save Billions in Taxes by Skirting a Century-Old Law”, ProPublica [“ProPublica is a nonprofit newsroom that investigates abuses of power”], 9-2-2023.

[2] Vid. “Tax loss harvesting: an investment tactic that has gone too far”, Financial Times, abril 2023.


6 de abril de 2023

El trilema de la estrategia de crecimiento: otro más para la colección

Aunque haya algunas incertidumbres sobre el curso de la globalización económica, lo cierto es que la nómina de los frustrantes y correosos trilemas no para de ampliarse[1]. Ante una etapa de profundos cambios económicos, en buena medida inducidos por el proceso de transición a una economía más sostenible, la política industrial cobra un especial protagonismo. En un trabajo reciente, Ruchir Agarwal, economista del FMI, lleva a cabo un análisis en el que expone un trilema en uno de cuyos vértices aparece la política industrial[2].

En el marco del Trilema de la Estragegia de Crecimiento, ofrece una guía para políticos que busquen un equilibrio entre los objetivos de crecimiento económico, estabilidad, y potenciación de “campeones nacionales”, esto es, compañías líderes a escala internacional.

Los gobiernos que apoyan el logro de campeones seguros (estrategia A) priorizan la estabilidad financiera y fiscal junto con el apoyo de tales campeones seguros. La estrategia de apoyo a los campeones osados (estrategia B) pone el acento en el crecimiento económico y la selección de campeones nacionales que asumen riesgos, con una menor atención a la estabilidad. Finalmente, el enfoque del capitalismo de mercado justo (estrategia C) antepone la estabilidad junto al crecimiento económico, sin ningún foco en los campeones nacionales. En su lugar, el énfasis recae en el apoyo a una economía de mercado dinámica basada en la libre entrada, y la garantía de que las empresas operan en un mercado justo y competitivo. En vez de que cada país promueva a sus campeones nacionales, este enfoque fomenta una cadena de oferta global diversificada basada en un comercio libre y justo, evitando de esta manera una carrera de armas económicas.

Agarwall considera que, si bien las ganancias de eficiencia harían aconsejable adoptar esta última estrategia, los gobiernos sucumben a menudo a la tentación de establecer campeones nacionales. Como razones apunta la psicología del liderazgo nacional y las presiones sobre los dirigentes políticos cuando eligen las políticas económicas.


[2]Industrial policy and the growth strategy trilemma”, Finance & Development, FMI, marzo 2023. 

4 de abril de 2023

Los ajustes por inflación: respuestas selectivas

 

Los efectos devastadores de la inflación sobre el poder adquisitivo del dinero son sobradamente conocidos. Afectan por igual a todos los acreedores, a los tenedores de saldos en efectivo o de depósitos bancarios no remunerados, a los perceptores de rentas nominales. Como contrapartida, representa una transferencia de riqueza hacia los deudores cuyas deudas estén expresadas en términos nominales. El Estado, en sus distintas vertientes como agente económico, se ve también afectado. Para los muy endeudados, la inflación es una bendición. También, en principio, por lo que respecta a su papel como recaudador de tributos, en particular, de aquellos como el IRPF dotados de una estructura progresiva. En el otro lado de la balanza, se enfrenta a la presión de los suministradores de bienes y servicios, y, especialmente, de los funcionarios y de los pensionistas que reclaman una actualización de sus rentas a fin de conservar su poder adquisitivo.

Las interacciones son, pues, múltiples. Dado que el problema básico originado por la inflación es el mismo en todos los ámbitos, quizás cabría considerar que se tendría que arbitrar alguna pauta de comportamiento común. A partir de un análisis caso por caso, habría que plantearse cuál sería la solución más adecuada desde el punto de vista de la justicia económica. Por supuesto, las consecuencias de las posibles medidas sobre el proceso de evolución de los precios no pueden desdeñarse. Las medidas de ajuste a la inflación tienen ventajas e inconvenientes en relación con la lucha contra ese problema económico.

¿Siguen los distintos países alguna pauta regular en el sentido indicado? Un reciente estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) (Fiscal Monitor, abril 2023), en el que se analiza la situación en las economías avanzadas (Aes), economías de mercado emergentes (EMs), y países en desarrollo de baja renta (LIDCs), pone de relieve que no es así. En el caso de las economías avanzadas, se observan claras discrepancias respecto al ámbito que se considere. Mientras que las prácticas de indexación son infrecuentes en relación con los salarios de los empleados públicos y el IRPF, sí son más habituales respecto a las pensiones y los programas de asistencia social.




2 de abril de 2023

La psicosis colectiva y los pánicos bancarios

 

Pese a que algunas personas lo consideran un juego de niños, el negocio bancario, ajustado a los estándares tradicionales, es sumamente complicado. La actividad de intermediación financiera lleva a cabo el proceso mágico de transformar recursos de los depositantes, disponibles para estos, en préstamos ilíquidos a largo plazo. Hasta ahora, antes de los mecanismos “peer to peer” facilitados por las nuevas tecnologías, ese canal crediticio jugaba un papel crucial, casi ineludible, para el desenvolvimiento y el avance de la economía.

Para poder desempeñar adecuadamente esa función son necesarias ciertas condiciones: estabilidad de los depósitos, acertada evaluación del riesgo por las entidades bancarias en su calidad de prestamistas, fuentes de liquidez en caso de demanda de sus recursos por los depositantes, solvencia de los prestatarios y, en su caso, adecuada cobertura de los riesgos identificados, y una sólida base de capital de los intermediarios financieros para cubrir pérdidas inesperadas.

Aun cuando un entidad puede ser solvente, es decir, que tenga unos activos suficientes para atender todas sus deudas, en caso de liquidación ordenada, una eventual retirada masiva de depósitos la pueda colocar en una situación insostenible, si no dispone de fuentes de liquidez suficientes. Las temibles “corridas bancarias”, ante el temor de no recuperar depósitos no asegurados, puede dar al traste con el más pintado. La utilización de los depósitos como base para la concesión de créditos se vuelve en contra de los prestamistas.

El sistema financiero, además de verse afectado por potenciales problemas con una base real, se encuentra expuesto a otros problemas originados por la psicología de las masas. Esta puede dar lugar a que una mera situación aparente o ficticia desemboque en una crisis ingobernable. Terry Smith cuenta una anécdota bastante ilustrativa al respecto[1]. El episodio se produjo a principios de la década de 1980, en Hong Kong, en un contexto de incertidumbre sobre el futuro de la excolonia británica. Había allí un banco local que tenía desplegado un toldo delante de su ventana principal como elemento de protección del sol. Cerca había una parada de autobús. Un día, ante un fuerte aguacero, la cola de pasajeros del autobús se desplazó hacia el toldo para guarecerse de la lluvia. En la atmósfera febril entonces imperante, los transeúntes que pasaban por allí creyeron que aquello era el inicio de una “corrida bancaria” y, como resultado, pronto comenzó una de verdad.





[1] Vid. “Why I never invest in bank shares”, Financial Times, marzo 2023.

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