Según algunos analistas, los
inversores individuales están cada vez más imbuidos de la idea de que deben utilizar
esquemas de inversión colectiva, como los fondos de inversión, para invertir en
los mercados de acciones, en vez de invertir directamente en las sociedades.
Además, en algunos países, la popularidad alcanzada por los fondos pasivos ha
exacerbado esa mentalidad.
Así lo refleja Paul Killik (“Why buying shares
has gone out of fashion”, Financial Times, 5-4-2024). El empleo de una
política impositiva favorecedora de la colocación del dinero en instituciones de
inversión colectiva es, según este asesor financiero, una de las principales
razones de dicha tendencia. En su opinión, “los gobiernos han fallado en
entender que la propiedad directa de las compañías es central para el capitalismo,
y los inversores minoristas desempeñan un papel en la salud de los mercados
nacionales y en mantener la relevancia de las empresas”. Por otro lado, la
mayoría de los inversores en acciones a través de fondos tienen muy poca idea
sobre las compañías en las que mantienen sus inversiones, del valor de sus
posiciones, y del papel que pueden jugar.