Como es sabido, en presencia
de un impuesto sobre sociedades (IS) y de un impuesto sobre la renta de las
personas físicas (IRPF) tiende a aumentar el coste del capital[1].
No obstante, el impacto
depende del sistema de relación entre el IS y el IRPF, así como del método de
amortización de las inversiones aplicable, y también de posibles incentivos fiscales.
A este respecto, cabe
plantearse si cabe la posibilidad de que el coste del capital en presencia de
impuestos llegue a ser menor que dicho coste en una situación sin impuestos.