30 de abril de 2022

La estructura funcional del gasto público en España

 

El gasto público desempeña un papel fundamental en la economía y en la determinación del bienestar económico de los ciudadanos. Sus efectos reales dependen de varios factores que pueden sintetizarse en algunos conocidos interrogantes: cuánto, para qué, en qué, por quién, y cómo se gasta. La cantidad es, por supuesto, un factor primordial, pero su valoración no puede disociarse de aspectos cruciales como la calidad, la eficiencia, la eficacia, la economía, y la calidad del gasto. Desafortunadamente, habitualmente nos tenemos que conformar con manejar las cifras del gasto monetario, que no arrojan ninguna información sobre los otros aspectos mencionados.

Tampoco las cifras correspondientes a las clasificaciones usuales del gasto, aunque sí aportan distintas perspectivas de interés. Es lo que ocurre con la clasificación del gasto por funciones. Según el sistema utilizado internacionalmente para la clasificación de las funciones del gasto público (COFOG), son diez las funciones diferenciadas.

En el cuadro adjunto se refleja la estructura del gasto público de España, Alemania, Francia e Italia, en 2020. Este año fue bastante atípico, por circunstancias sobradamente conocidas, y en él se dispararon los niveles de gasto público[1]. Por lo que concierne a la composición del gasto, puede comprobarse que España no desentona demasiado respecto a los países de referencia.



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