1 de enero de 2022

Llega 2022: Epicteto al rescate

Arranca 2022 con su entrega cotidiana inaugural. La primera hoja del diario está por escribir. Miramos hacia el horizonte y vislumbramos sombras inquietantes, entre las que emergen problemas antiguos y otros que van tomando forma. Los tiempos recios no hacen concesiones. Ante esta tesitura, el estoicismo aporta siempre algún tipo de ayuda o, al menos, algún consuelo espiritual[1].

Puedes ser invencible si no te avienes a ningún combate en el que no dependa de ti vencer… Pues si la esencia del bien estuviera en lo que depende de nosotros, no hay lugar para la envidia ni para los celos. Tú mismo no querrás ser general ni prítano ni cónsul, sino libre. Y para eso hay un camino: el desprecio de lo que no depende de nosotros”.

Es de lo que sabiamente nos advierte Epicteto. Es un buen recordatorio para la nueva marcha, que en realidad es un proceso sin solución de continuidad, simplemente distinguido a través de un prisma convencional. Pero la contabilidad, mental y temporal, puede ser de bastante utilidad.

La enseñanza del filósofo que padeció la esclavitud es valiosa, aunque no siempre resulta fácil saber dónde situar el límite de lo que depende de nosotros. No obstante, más vale pecar por defecto que por exceso.





[1] Tiempo Vivo: Estoicismo para tiempos recios (neotiempovivo.blogspot.com)

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