Con este título, “El
poder del capitalismo”, encabeza Larry Fink, primer ejecutivo de BlackRock, la
carta abierta de 2022 dirigida a los CEOs de las compañías en las que invierte
ese coloso financiero. BlackRock gestiona activos por un valor superior a los
10 billones (hispanos) de dólares. Lo hace en nombre de sus clientes, que, indirectamente,
a través de los fondos gestionados por BlackRock, son accionistas de tales
compañías.
Fink aboga por el
“capitalismo de los grupos de interés”[1], que,
para evitar posibles suspicacias, dice que no tiene nada que ver con la política,
ni es “woke”. Asevera que “a través del capitalismo de los grupos de interés es
cómo el capital se asigna eficientemente, las compañías alcanzan una
rentabilidad duradera, y el valor se crea y se sostiene a largo plazo”. Sin
embargo, inmediatamente efectúa una matización que, después de todas las
críticas recibidas, llevaría algo de satisfacción a Milton Friedman: “Que nadie
se llame a engaño, la legítima búsqueda de beneficios sigue siendo lo que motiva
a los mercados; y la rentabilidad a largo plazo es la medida por la que los
mercados determinarán en última instancia el éxito de tu compañía”.
El CEO de
BlackRock se inclina asimismo por resaltar el poder del capitalismo para
modelar la sociedad y actuar como un potente catalizador para el cambio. Sin embargo,
reconoce que las empresas no pueden hacer esto por sí solas. En la línea defendida
por Martin Wolf acerca del papel de los líderes empresariales, aboga
decididamente por un esquema de colaboración público-privada. Este tipo de
alianza ha permitido el desarrollo de vacunas anti Covid-19 en un tiempo récord
y puede, igualmente, allanar el camino para llegar a una economía con unas
emisiones netas nulas de gases de efecto invernadero.