Carmen es una
niña de cinco años que no para de preguntar el porqué de las cosas que va observando.
También es bastante inconformista con respuestas poco convincentes. Temprana
edad esa para empezar a inquietarse por las explicaciones de los hechos, en una
senda sin límites que ya se ha abierto y en la que surgirán más y más interrogantes.
Algunos, o muchos, se mantendrán inexpugnables pese a los esfuerzos para
desentrañarlos.
El episodio
me sirvió para recordarme que tenía pendiente profundizar en un libro, ya citado
en este lugar, dedicado a la exposición de la “nueva ciencia de la causa y el
efecto”, “El libro del porqué”, de Judea Pearl y Dana Mackenzie (Ed. Pasado
& Presente, 2020).
Los autores
parten de un ataque demoledor, nada menos que a una profesión tan prestigiada
como la de los estadísticos, que, “en vez de pararse a preguntar por qué,
optaron por declarar que eran preguntas inabordables y se centraron en
desarrollar -libre de toda causalidad- una próspera disciplina llamada estadística…
Por desgracia, la estadística ha convertido la perogrullada en fetiche. Se
insiste en que la correlación no supone causalidad, pero no se nos dice qué es
la causalidad” (pág. 15).
Aunque no
puede decirse que sea demasiado útil el mensaje con el que resumen el contenido
del libro (“usted es más inteligente que los datos” – pág. 31), sí recogen una
amplia gama de eventos y de situaciones reales que resultan altamente
ilustrativas acerca de las relaciones entre causa y efecto. Alguno de ellos ya
fue reseñado en un artículo anterior de este blog sobre la efectividad de las
vacunas[1], tema también tratado en
otro más reciente.
La
controversia relativa a la conveniencia o no de llevar a cabo procesos de vacunación
se aborda en el libro en relación con la de la viruela (pág. 54). Se efectúa un
somero análisis para refutar la creencia de que la vacuna mataba más que la
enfermedad, a pesar de las engañosas apariencias numéricas. Asimismo, se
practica un análisis contrafactual para contar con un escenario en el que no se
hubiese vacunado ninguna persona (págs. 54-55).
Los enfoques
aplicados se sintetizan en el esquema adjunto.