Hace muchos años, cuando no
existía Internet, ni nada parecido, la búsqueda de indicadores estadísticos
estaba supeditada a la disponibilidad de publicaciones impresas. El tiempo y
las posibilidades de acceso se medían entonces de otra manera. Una vez que los
informes aparecían en la hemeroteca, el pulso se aceleraba y la emoción era
creciente cuando se comprobaba que el documento consultado contenía datos sobre
la variable estudiada para una amplia gama de países. Primero surgía la duda,
ya que podía deberse a un error de apreciación, cuando, en una primera
inspección, no aparecía el nombre de España. La duda daba paso a la sorpresa,
esta luego a la incredulidad para, finalmente, quedar sumido en la frustración.
Inexplicablemente, el episodio se repetía una y otra vez. Parecía como si una
maldición pesara sobre las estadísticas de origen hispano.
Con el paso del tiempo, ha
habido mejoras impresionantes en la disponibilidad, accesibilidad y celeridad
en la consulta de datos estadísticos, y en la cobertura de los diferentes países.
Por eso, ahora resulta más llamativo encontrar informes y estudios en los que
no aparezca información relativa a España. Particularmente, si se trata de una
cuestión tan relevante como la distribución de la renta. Es lo que ocurre con
un reciente informe de la OCDE, “Taxation and inequality” (julio 2024), en el
que, en su primer capítulo, se recoge la evolución de la participación del 10%
más rico de la población en la renta disponible, entre los años 1995 y 2022.
Hay información de 34 países, pero no de España.
En la parte izquierda del
gráfico se recogen aquellos países donde la referida participación ha
aumentado. Los casos más notorios son los de Dinamarca y Bulgaria. Sin embargo,
en Estados Unidos el porcentaje se mantiene prácticamente inalterado. En la
parte derecha aparecen los países donde disminuye tal porcentaje. El caso más
llamativo es el de Bolivia, pero entre ellos también se incluye el Reino Unido.
Así, la evolución observada en algunos casos resulta significativa, en la
medida en que vienen a desafiar las percepciones y las ideas comúnmente
asumidas.