No se anda The Economist por las ramas al exponer su diagnóstico sobre
el sistema educativo en la mayoría de los denominados países desarrollados. “School
scandal” es el artículo (13-7-2024) en el que se sintetiza un informe monográfico
especial.
El foco está puesto en el nivel educativo de los adolescentes, que
muestran un deterioro patente en sus destrezas de comprensión lectora y
matemáticas: “Un alumno típico en un país de la OCDE no exhibía mejores
conocimientos en lengua y matemáticas cuando arrancó la pandemia del
coronavirus que los niños examinados 15 años antes… la educación en el mundo
rico está estancada. Esto debe preocupar tanto a los padres como a los políticos”.
Entre las causas se incluyen las siguientes: i) las dificultades idiomáticas
afrontadas por los estudiantes de familias inmigrantes; ii) la distracción
originada por los teléfonos móviles: iii) la disrupción de la pandemia, en la
medida en que “muchos gobiernos cerraron los colegios durante demasiado tiempo,
estimulados por los sindicatos de profesores, y los niños perdieron el hábito de
estudiar”; y iv) directrices políticas que llevan a rebajar los niveles de
exigencia, dado que se considera que las actividades docentes están muy sesgadas
contra las minorías, y, además, hay que proteger la salud mental de los
adolescentes eliminando o relajando los exámenes y los deberes en casa.
Según The Economist, el “pensamiento caprichoso” es enemigo del rigor,
y se ha instalado una tendencia a basar los currículos en “habilidades”
vagamente definidas, mientras que el aprendizaje de hechos se ve como algo
chapado a la antigua. En su lugar, se aboga por que los políticos se centren en
los fundamentales: “Deben defender la realización de pruebas rigurosas,
suprimir la inflación de grados y dejar espacio a las escuelas… que ofrezcan
elección a los padres. Deben pagar salarios competitivos para contratar a los
mejores profesores y desafiar a los sindicatos a despedir a los que tengan un
bajo desempeño”.
No obstante, es casi inevitable que surja una duda: “School scandal", or
‘At good hours green sleeves’?