Basándose
en los datos del Global Taxation Report 2024, del que él mismo es uno de los
coordinadores, Gabriel Zucman señala que, incluyendo todos los impuestos, los
individuos con un elevado patrimonio neto tienden a pagar proporcionalmente menos
en impuestos que los restantes grupos socioeconómicos.
La
razón de esta regresividad radica en que los multimillonarios pueden estructurar
su riqueza de modo que genere poca -a veces, ninguna- renta gravable[1].
En la reunión de ministros de finanzas del G-20 celebrada en 2024, y por encargo
del gobierno brasileño, el economista francés defendía que la mejor manera de abordar
dicha regresividad era mediante la creación de un estándar mínimo común a través
de la cooperación internacional[2].
Considera
que, en la práctica, un impuesto mínimo sobre los individuos más ricos podría
estructurarse como un complemento (top-up) del impuesto sobre la renta individual.
Sin embargo, dado que la noción de renta no está bien definida para los
situados en la parte más alta de la distribución de la renta (debido a que
pueden retener renta en las sociedades o en otras estructuras intermedias), dicho
impuesto mínimo debe ser expresado como una fracción de la riqueza, que está
bien definida. En ese marco, podría aplicarse la siguiente regla: “asegurar que
los individuos más ricos paguen al menos el equivalente a un 2% (por ejemplo)
de su riqueza en impuesto sobe la renta cada año”.
Según
Zucman, el colectivo de personas a las que se aplicaría el referido impuesto
mínimo sería de unas 3.000 en todo el mundo. A pesar del reducido número, la recaudación
estimada es de 250.000 millones de dólares anualmente. Cree que “algunos de
ellos, quizás muchos, o incluso la mayoría, pueden también entender que es en
su propio interés respaldar tales ataques sobre la concentración de la renta”[3].
La
propuesta de Zucman, según éste, es de un espíritu muy similar a la del presidente
Biden consistente en el establecimiento de un gravamen sobre los milmillonarios
incorporando elementos del concepto de renta extensiva en la tradición de Schanz-Haig-Simons,
en los términos planteados por el senador Wyden[4].
La
propuesta ha sido calificada como un híbrido entre la riqueza y la renta: se
valora la riqueza, se toma el 2% de ésta y se complementa hasta ese nivel si
los impuestos sobre la renta realmente pagados son de un importe inferior… la
idea es aplicarlo globalmente, de forma que no se puede eludir mediante el
traslado de la residencia”[5].
[1]
No obstante, cabe entender que, para la obtención de la carga impositiva sobre
la renta antes de impuesto, la renta no gravable se incluye en el denominador.
[2] “Speech
at the G20 finance ministers meeting in São Paulo”, 29-2-2024.
[3] “Taxing the
super-rich: at the G20, Gabriel Zucman advocates for international standards
for tax justice”, G20 Brasil 2024, 23-5-2024.
[4] Vid. M.
Sandbu, “We are a step closer to taxing the super-rich”, Financial Times, 17-5-2024.