21 de junio de 2024

La verdad como bien público

Tras la presentación de su último libro, “Para que haya futuro”, que tuvo lugar el día 19 de junio de 2024 en Málaga, el profesor Juan Torres López, ante un círculo más reducido de personas, proclamaba la importancia que tiene la verdad como bien público. También la profesora Adelaida de la Calle, en su intervención en el acto, había expresado los problemas existentes en la sociedad actual a raíz de fenómenos como la posverdad y las informaciones falsas, precisamente cuando el conocimiento, en general, y el científico, en particular, han llegado a las cotas más altas en la historia de la humanidad.

La caracterización de la verdad como un bien público es acertada, partiendo de la base que el calificativo “público” corresponde a la acepción correcta, esto es, al carácter “colectivo” de dicho bien. Un bien que beneficia a un gran número de personas de forma simultánea. Se trata de un atributo “técnico”. Lo que importa son los hechos, y que quien dictamine dicha condición se atenga estrictamente a éstos.

No, no es un bien colectivo o social cualquiera, es el bien colectivo por excelencia. Sin él, difícilmente puede haber un futuro para la sociedad que merezca la pena. Y mucho menos si alguien adquiere la potestad de establecer lo que es la verdad.

Un bien colectivo puro es aquel que beneficia a toda la colectividad en los mismos términos. El hecho de que una persona disfrute del bien no impide que otras personas también lo hagan, sin que el bien sufra ningún deterioro. No obstante, en puridad, el consumo de este tipo de bienes es forzado, nadie tiene la posibilidad de eludir el consumo del bien. La verdad es un bien colectivo puro, aunque más claramente en el plano potencial. Es un bien bastante singular. No va acompañado de una certificación no manipulable de denominación de origen, ni de una garantía de calidad. No siempre puede saberse qué verdad es la verdadera. Ya advirtió un tal Eric Arthur Blair sobre lo que puede ocurrir cuando alguien se atribuye la facultad de la acreditación (y de la desacreditación): “If the Leader says of such and such an event, “It never happened” – well, it never happened. If he says that two and two are five – well two and two are five. This prospect frightens me much more than bombs…”.



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