25 de junio de 2024

El recurso a los consultores como elemento estructural

 

Quien se haya visto en la tesitura de tener que presentar un plan de actuación dentro de una gran corporación, en una etapa de cambios, es posible que haya experimentado una sensación de vértigo, ansiedad o desamparo. Ante ese tipo de situaciones, contar con la luz orientadora y el manto protector de los consultores aporta confort, tranquilidad y seguridad. Actúan como los paracaidistas que acuden en auxilio de los directivos abrumados por la complejidad de la tarea encomendada. Aportan conocimiento, experiencia y pericia navegadora en aguas revueltas.

Frente a ese perfil directivo, que suele ser el más habitual, hay otro, caracterizado, no por una menor preocupación, sino por un convencimiento -justificado o no- de la existencia de capacidades internas para abordar el reto planteado. Entre entras dos posiciones extremas, aparece un tercer perfil, que apela a la intervención de los consultores, pero como piedra de toque, como elemento de contraste, de los trabajos internos.

Los tres enfoques difieren en cuanto a su alcance e implicaciones, entre ellas la de los costes presupuestarios asociados. No suele cotizar a la baja el trabajo especializado, ni son pocas las horas que consumen los encargos corporativos.

Bien debido a la necesidad de economizar en costes, a la mayor confianza en las posibilidades de los equipos propios, o por una mezcla de ambos factores, algunas compañías han comenzado a reducir su recurso a la consultoría externa. Una de ellas es la división de banca privada del Deutsche Bank, que ha decidido disminuir los gastos de consultoría externa en un 70%, lo que, sin duda, es un porcentaje muy elevado, que, en términos absolutos, representa, en este caso concreto, una suma de dobles dígitos de millones de euros[1].

En línea con lo antes apuntado, el presidente de la referida entidad ha declarado que “trabajar con consultores externos puede verse como una salida fácil: si tienes un problema, llama a un consultor, que lo arreglará por ti”. En su lugar, subraya que “necesitamos generar nuestro conocimiento experto… para resolver por nosotros mismos nuestros problemas recurrentes”. En todo caso, es altamente recomendable no confundir un “consultor” con un “consultante”.



[1] Vid. O. Storbeck, “Deutsche’s private bank cuts spending on external consultants by 70%”, Financial Times, 20-6-2024.


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