Aunque suele afirmarse -no sin fundamento- que la realidad llega
a superar, muchas veces, a la ficción, probablemente muchas más, la ficción
encuentra su inspiración en la realidad. Menos frecuente es que ese vínculo se
dé en el caso de los cuentos infantiles y un terreno tan árido como el de la regulación
bancaria, pero Sheila Bair así lo asevera. Y lo hace en su doble condición de
su anterior cargo como presidenta de la US Federal Deposit Insurance
Corporation y como escritora de libros infantiles.
“Siempre he defendido -manifiesta- que haya fuertes
protecciones legales, y rendición de cuentas para los ‘chicos malos financieros’.
Pero también estoy convencida de que debemos hacer más para enseñar a los
consumidores, a una temprana edad, a cómo protegerse a sí mismos”[1].
Según esta escritora, los abusos financieros, a semejanza de lo que sucede en
los cuentos clásicos, tienen como protagonista a un villano que explota a las
personas vulnerables. Por ello, considera que “muchos episodios de la vida real
podrían ser evitados si las víctimas reflexionaran sobre los consejos comunes
para la infancia”.
En el artículo referido, señala que la crisis de las hipotecas
subprime inspiró su libro Princess Persephone loses the castle. En él, “la
fría heroína recibe la visita de un hábil vendedor que se ofrece a financiar un
nuevo revestimiento para su castillo, al igual que los sórdidos estafadores
hipotecarios golpean a las puertas de tantas familias de bajos ingresos ofreciéndoles
dinero rápido con préstamos titulizables”. Pretende que “los niños y sus
familias comprendan que [las] debilidades humanas básicas nos hacen ser blancos
de tiburones en la vida real”.
Aboga, asimismo, por los programas de educación financiera,
pero advierte de que algunos programas supuestamente formativos encubren una promoción
de determinados productos financieros o prácticas acordes con los intereses de
la industria financiera.
Dándole la vuelta al conocido adagio de Óscar Wilde (“life
imitates art”), acaba proclamando que, con sus libros, “el arte imita a la vida”.