8 de octubre de 2023

Ética fiscal, educación tributaria, y educación financiera

 

Al igual que el nivel de cultura financiera de la población tiene importantes repercusiones para la estabilidad financiera global de un país, el nivel de conocimientos tributarios puede también tenerlos para el alcance recaudatorio efectivo del sistema tributario. Su mayor impacto puede obedecer a su posible efecto sobre la ética tributaria o fiscal. Se entiende por ésta la motivación intrínseca para pagar impuestos, o la voluntad de contribuir de esta forma a la sociedad. La OCDE considera que la ética tributaria es un aspecto vital del sistema tributario, que descansa en el “cumplimiento voluntario” de los contribuyentes. La educación tributaria consiste en la transmisión de conocimiento a los contribuyentes acerca del sistema fiscal.

Son tres los elementos esenciales que fomentan el cumplimiento tributario: a) la disuasión del incumplimiento fiscal, asociada a las sanciones y otros riesgos que asumen quienes incumplen sus obligaciones tributarias; b) la ética tributaria; y c) la educación tributaria.

Aun cuando la ética tributaria suele utilizarse como un concepto unitario, puede concebirse más adecuadamente, según sugieren Luttmer y Singhal, como un conjunto de motivaciones que subyacen al cumplimiento fiscal: i) motivación intrínseca; ii) reciprocidad (el pago de impuestos depende de la relación del individuo con el Estado); iii) efectos de las personas en situaciones similares e influencias sociales; iv) factores culturales a largo plazo; y v) imperfecciones de información y desviaciones de la maximización de la utilidad (por ejemplo, los individuos pueden interpretar erróneamente la probabilidad de ser descubiertos en la evasión de impuestos o pueden tener aversión a las pérdidas).

Hay un cuerpo creciente de investigaciones que demuestran que hay una relación significativa y positiva entre la ética tributaria y el cumplimiento fiscal en los países desarrollados y en desarrollo. Según la OCDE, hay factores socioeconómicos e institucionales que ayudan a explicar la ética tributaria de los individuos, que es superior en los siguientes colectivos: individuos con mayor nivel educativo, mujeres, personas de mayor edad, ciudadanos del país donde residen, individuos que declaran tener fe o una identidad religiosa, individuos que creen vivir en una sociedad meritocrática, quienes confían en su gobierno nacional, quienes consideran que la redistribución fiscal es esencial, y quienes perciben la democracia como el mejor sistema de gobierno para su país.

Entre las conclusiones alcanzadas se incluye el respaldo a la existencia de un “contrato fiscal”. Esto es, aunque prevalezca el principio impositivo de la capacidad económica, debe haber una cierta conexión entre las contribuciones al erario, y los servicios y prestaciones que se reciben del sector público. Asimismo, se señala que hay una amplia gama de instrumentos y enfoques que pueden ayudar a forjar la confianza en el contrato fiscal y en el gobierno en relación con la tributación. Entre estos se incluye una vinculación más explícita entre la vertiente de los ingresos y la de los gastos, una mayor transparencia presupuestaria, y la rendición de cuentas.

La educación cívico-tributaria constituye una forma de proporcionar a los ciudadanos los conocimientos e instrumentos necesarios para comprender el sistema tributario, reforzar la ética tributaria y, en último término, mejorar el cumplimiento de las obligaciones en materia impositiva.  En España, la Agencia Tributaria (AEAT) viene desarrollando, desde el año 2003, un programa de esta naturaleza. En la página web oficial de la AEAT está disponible el Portal de Educación Cívico-Tributaria, que contiene material didáctico para diversos niveles educativos. El despliegue de contenidos, material bibliográfico, glosarios, ejercicios y actividades es sumamente amplio, todo ello de gran interés pedagógico. Abundan las ilustraciones sobre el entorno administrativo, económico y social, así como sobre conceptos e instrumentos auxiliares, como los cálculos matemáticos.

La importancia del sistema impositivo justifica la puesta en marcha de programas específicos de educación tributaria, pero la vertiente de la fiscalidad está llamada a formar parte, de manera irrenunciable, de los programas de educación financiera. No ya sólo por la incidencia de los impuestos en la determinación del rendimiento financiero-fiscal de los instrumentos financieros o del coste neto de las opciones de financiación, sino también como soporte esencial del sector público, y condicionante de la posición económica neta de familias y empresas. En la transmisión de conocimientos existen también economías de alcance y de escala potenciales que, dadas las limitaciones de tiempo y de recursos, no deben desaprovecharse.

(Artículo publicado en el diario “Sur”)

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