13 de agosto de 2023

El Apocalipsis según Roubini

 

El cambio tecnológico sacó a los seres humanos de los niveles de vida de la Edad de Piedra. En los escenarios más extremos, el cambio climático amenaza con devolvernos económicamente al lugar de donde venimos”… “El incumplimiento de las promesas hechas a los jubilados y a los trabajadores que pronto se jubilarán es una invitación a la inestabilidad política. Para cuadrar las cuentas, dependemos cada vez más de la única alternativa que nos queda: una deuda adicional que nunca podremos pagar”… “Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se prepararon para tocar. Y el primero tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, y fueron arrojados a la tierra. Una tercera parte de la tierra se abrasó, una tercera parte de los árboles se abrasó, y toda la hierba verde se abrasó.”

Al leer párrafos como los anteriores, en realidad no sabemos si nos situamos en el libro del Apocalipsis o en alguno de los textos económicos recientes que alertan sobre los riesgos que afronta la humanidad. Si William Nordhaus se centra en los de carácter medioambiental, Nouriel Roubini hace un recorrido de amplio espectro en su obra “MegaThreats”, publicada en España como “Megamenazas”, palabro sustitutivo de la construcción más expresiva que sería “Mega-Amenazas”. Precipitadamente descalificado en su día como el “doctor Catástrofe”, el prolífico analista económico recuerda que él fue uno de los pocos que presagió la llegada de la gran crisis financiera internacional de 2007-2009.

Son diez las grandes amenazas que, según él, se ciernen sobre la civilización actual:

i.Una crisis de deuda de proporciones gigantescas, “la madre de todas las crisis de deuda”. Con un crecimiento de la renta mundial atenuado, los países, las empresas, los bancos y las familias adeudan importes que exceden de lo que podrán pagar en los escenarios más predecibles.

ii.Existe, además, una deuda implícita vinculada a los compromisos públicos contraídos en materia de sanidad y pensiones, y a los costes del cambio climático y de futuras pandemias.

iii.Debido al envejecimiento poblacional, aunque absorbieran a un número sin precedentes de inmigrantes, en los países avanzados pronto serán insostenibles las promesas hechas sobre pensiones y asistencia sanitaria. La bomba de relojería demográfica lleva tiempo activándose.

iv.Grandes oscilaciones de los precios de los activos como consecuencia del recurso al dinero fácil, a través de políticas monetarias, crediticias y fiscales expansivas.

v.Escenarios de coexistencia de paro e inflación (estanflación) ante la incidencia de diversas perturbaciones ligadas a procesos en curso.

vi.Crisis monetarias e inestabilidad financiera, en un contexto de devaluación de las monedas fiduciarias y de retroceso de los sistemas de pago tradicionales ante la implantación de monedas digitales de los bancos centrales.

vii.Adopción de medidas restrictivas, con efectos multiplicadores, dentro de una fase de desglobalización económica.

viii.Alteraciones de la vida humana provocadas por la inteligencia artificial.

ix.Inicio de una nueva e inquietante etapa de guerra fría, con una China en alza, cuyo sistema político no ha evolucionado según las expectativas iniciales.

x.Drásticas consecuencias derivadas del cambio climático.

En las próximas dos décadas, en opinión de Roubini, “las megamenazas provocarán una colisión titánica de fuerzas económicas, financieras, tecnológicas, medioambientales, geopolíticas, sanitarias y sociales. Cualquiera de ellas es formidable. Si convergen, las consecuencias serán devastadoras. Para resolverlas es necesario un ajuste cuántico para todos los habitantes de la Tierra”.

Cuando uno lee el libro de Roubini no puede dejar de experimentar una inquietud y una desazón crecientes. Resulta difícil refrenar la tentación de interrumpir la lectura y arrumbar el libro, que ojalá fuera producto de un puro instinto catastrofista. Sin embargo, no es fácil detener el avance de las páginas, especialmente cuando nos topamos con una batería de argumentos bien elaborados, un análisis económico que cuesta trabajo rebatir en muchos apartados, y un cuerpo de evidencias empíricas desconcertantes.

Hay certezas, pero, sobre todo -y ahí es donde radica algo de esperanza-, escenarios probabilísticos de distinta severidad. Los retos son enormes y las amenazas extraordinarias. Existen recetas factibles para afrontar éstas y superar aquéllos, pero se ven dificultadas por la confluencia de intereses contrapuestos difíciles de armonizar en un mundo interrelacionado sumamente complejo. Además, ante una amalgama de problemas dispares, es inevitable afrontar marcados conflictos de objetivos a la hora de diseñar y aplicar medidas. La cuenta atrás ya se ha iniciado, las trompetas han comenzado a sonar, y cada vez queda menos tiempo para erigir parapetos.

(Artículo publicado en diario “Sur”)



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