2 de mayo de 2023

Dictados bíblicos sobre el trabajo

 

El Eclesiástico, uno de los libros sapienciales, está lleno de consejos y recomendaciones que hacen honor a ese calificativo. Detenerse por un instante en alguna de sus composiciones es una fuente de reflexión e inspiración, una buena oportunidad para hacer un receso físico y mental.

En una de ellas encontramos un esbozo de lo que pudiera ser una especie de llamamiento a combatir el principio de insaciabilidad que impera en los modelos económicos neoclásicos: “Hijo, no multipliques tus ocupaciones, porque si mucho abarcas, no quedarás impune; y por más que corras, no alcanzarás, y por más que quieras, no podrás huir, no escaparás. Hay quien trabaja, se fatiga y apresura, y a pesar de esto está más necesitado”. Ahora bien, el mencionado principio se ciñe a la vertiente estricta del consumo, mientras que la admonición anterior incorpora la del esfuerzo personal.

El autor de ese libro sagrado, aun cuando rechaza el trabajo desmedido, insta al cumplimiento del deber y a la dedicación casi vitalicia a la tarea asignada: “Sé fiel en tu deber y dedícate a él, y envejece en tu tarea”.

“El trabajo y las riquezas” nos coloca ante el espejo, y, antes de mirarnos en él, no sabemos con qué imagen nos vamos a encontrar.

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