¿Qué es el humanismo? Steven
Pinker dedica el último y extenso capítulo de “En defensa de la ilustración” a
ese movimiento o doctrina. Su relectura detenida resulta muy aleccionadora. No
obstante, como hace unos días me recordaba una activa militante de la International
Humanistic Management Association, aun más reveladora puede ser la del
libro de Viktor Frankl “El hombre en busca de sentido”, del que ha tenido la amabilidad de hacerme llegar un ejemplar. En él, el prestigioso
psiquiatra narra el “estremecedor relato” de su experiencia en los campos de
concentración.
Allí tomamos conciencia de que,
aun siendo los mayores devotos de los criterios humanistas, hay ocasiones en
los que las circunstancias extremas los erradican: “Volvamos al convoy a punto
de partir. No teníamos tiempo, ni ganas, para consideraciones morales o éticas.
Nos aferrábamos a un pensamiento obsesivo: seguir vivos para volver con la familia
o salvar a un amigo. En esas condiciones no se dudaba en arreglar las cosas
para que otro prisionero, otro ‘número’, se incluyera en la lista del traslado
[a la cámara de gas]”.