5 de noviembre de 2022

El problema de la enseñanza de la Economía: ¿atrapados en el tiempo?

 

“El hecho de que haya una amplia divergencia entre muchas de las conclusiones prácticas de la ciencia económica, tal y como se han establecido por sus exponentes profesionales, y el pensamiento del público en general, como se refleja en las discusiones actuales y en la legislación, es algo familiar para todo el mundo… La visión actual de las cuestiones en liza entre las partes contendientes es que los prominentes economistas del pasado… construyeron una ciencia abstracta que el pensamiento y la experiencia recientes han demostrado que es inaplicable al estado actual de la sociedad industrial.

Tales autores estaban tan ansiosos por hacer de sus conclusiones los únicos principios directores de la legislación económica, que ignoraron las dificultades derivadas de las complejas condiciones del organismo social que existe en la actualidad. Su sistema ha sido, sin embargo, enseñado y llevado a efecto con tal persistencia que el resultado es una rebelión que amenaza ahora con hacer zozobrar la estructura completa de la ciencia económica. Desde este punto de vista, la divergencia se da entre un sistema coherente pero un tanto anticuado, en su mayor parte perteneciente al pasado, y un cuerpo de nuevas ideas introducidas por una generación más joven de pensadores”.

Argumentaciones como la transcrita han sido y son moneda común en los últimos tiempos, dentro de una gran corriente de crítica y revisión de los postulados económicos. Podemos encontrar proposiciones similares en revistas académicas actuales.

La larga cita procede de un número del Quarterly Journal of Economics, pero se da la circunstancia de que no es de ayer, sino que acumula casi 130 años, desde que Simon Newcomb publicara, en el año 1893, su conocido artículo titulado “The Problem of Economic Education”. No puede decirse que Newcomb eligiera un tema llamado a quedar pronto desfasado.



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