La
administración Biden se dispone a cancelar parte de la deuda viva asumida por
estudiantes norteamericanos para financiar sus estudios superiores. Dicha deuda,
en su conjunto, se cifra en 1,6 billones de dólares. Se trata de una cuestión
que venía abordándose desde hace varios años[1].
La idea es que los estudiantes con la referida deuda financiera y con
retribuciones salariales anuales inferiores a 125.000 dólares vean rebajado su
importe en 10.000 dólares (o 20.000 en algunos casos singulares).
Al
anunciar la medida, el presidente norteamericano expresada las siguientes
consideraciones: “Una generación entera se ve ahora trabada por una deuda
insostenible contraída en un intento de obtener al menos un grado
universitario. La carga es tan pesada que incluso si uno logra graduarse puede
no tener acceso a la vida de clase media que el grado universitario
proporcionaba antes… Creo que mi plan es responsable y justo. Pone el foco en
el beneficio de las familias de clase media y trabajadoras, ayuda a los
prestatarios actuales y futuros y arreglará un sistema destrozado”[2].
La
medida se ha encontrado con algunas opiniones críticas, por su posible efecto
inflacionario[3], incluida la de Jason
Furman, que fue presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente
Obama. No obstante, queda por debajo de la propuesta efectuada en 2020 por la
senadora demócrata Elizabeth Warren, que entonces prometía situar la
cancelación individual en 50.000 dólares.
Al
margen de los posibles efectos macroeconómicos, es inevitable que se susciten
cuestiones de “microjusticia”. ¿Qué trato debería darse a los estudiantes que,
en igualdad de condiciones de otros en situación de “default”, han logrado
pagar sus deudas? Y, de manera particular, ¿qué habría que decirles a aquellos
que, por temor al endeudamiento, optaron por no embarcarse en una carrera
universitaria?
La
publicación de la noticia ha generado un intenso debate entre los lectores del
diario Financial Times. Uno de ellos señala lo siguiente: “Two-thirds of
Americans don't have college degrees. I have a large student loan balance from
my two degrees, but I consider it wholly unfair that folks like me would get an
enormous handout from the government. How would it feel for the average Joe
digging a ditch to know that his college-educated boss, who makes twice his
pay, is getting a big freebie from Uncle Sam? This is anything but progressive”.
Otro apunta: “Mi hermana está actualmente en una escuela de enfermería. Ella
está trabajando a tiempo parcial para pagar sus préstamos, de manera que no le
quede mucha deuda cuando se gradúe. Estoy seguro de que un montón de personas
están en su situación, y de que hay muchos padres que se sacrifican para ayudar
a sus hijos con el coste de sus estudios universitarios”.
Otra perspectiva a considerar es la de las implicaciones sociológicas, toda vez que la medida afectará nada menos que a 43 millones de personas, de las cuales la mitad verá finiquitada su deuda.
[1]
Vid.: Tiempo
Vivo : La deuda financiera estudiantil en Estados Unidos: algunas
consideraciones (neotiempovivo.blogspot.com).
[2]
Vid. K. Stacey, “Joe Biden to cancel $10,000 of student debt for millions of
Americans”, Financial Times, 24-8-2022.
[3]
Vid. K. Stacey, “Joe Biden’s student debt cancellation move triggers fears of
‘inflationary fire’”, Financial Times, 25-8-2022.