Martin Wolf viene actuando en los últimos años como el
distinguido cronista de las cumbres de Davos. Este año, tras la celebración de
la atípica cumbre primaveral, a través de una docena de proposiciones trata de
dar respuesta a un interrogante clave: ¿cómo podemos dar sentido al mundo?
Su prosa es afilada; su análisis, penetrante; sus mensajes,
contundentes, reveladores de cuanto acontece en el mundo, visto desde su
elevada torre de vigía, que hace a la vez de faro. Desde él señala tendencias y
marca pautas de gobernanza económica, social y política.
He aquí una síntesis de su tabla de la ley mundial[1]:
1. El
mundo está amenazado por grandes males, y es claramente vulnerable a perturbaciones
imprevisibles e incluso inimaginables.
2. La
economía ha cedido su primacía a la política (guerras culturales, políticas de
identidad, nacionalismo, y rivalidad geopolítica).
3. La
tecnología continúa su marcha transformadora.
4. Las
diferencias políticas entre las democracias avanzadas, por un parte, y Rusia y
China, por otra, son ahora profundas.
5. A
pesar del auge de China, Occidente, definido como las democracias de países con
alta renta, es aún muy poderoso.
6. Sin
embargo, Occidente está profundamente dividido, entre países y dentro de estos.
Hay políticos que apoyan a Putin y otros que se apartan de las pautas
democráticas.
7. A
largo plazo, es probable que Asia se convierta en la región económica dominante
del mundo.
8. Las
democracias de los países ricos deberán mejorar su juego político si quieren
persuadir a los países emergentes y en desarrollo de que se alineen con ellas
en vez de con Rusia y China.
9. La
cooperación global sigue siendo esencial.
10. Los
rumores acerca de la muerte de la globalización son exagerados.
11. Dados
los inmensos desafíos políticos y organizativos, las posibilidades de que la
humanidad impida un cambio climático dañino son escasas.
12. La inflación se ha desatado de una forma no vista durante cuatro décadas. Es una cuestión abierta si los bancos centrales mantendrán su credibilidad.
Estos son los mandamientos wolfianos. Como colofón, apunta que “En Occidente tenemos que manejar profundos cambios y conflictos letales en un momento de división y desilusión. Nuestros líderes tienen que estar a la altura de la ocasión. ¿Lo harán? Únicamente podemos confiar en que así sea”.
Sin embargo, el medio en el que se han difundido los mensajes ha seleccionado una terrible imagen de cabecera…