12 de abril de 2022

Las ideologías de la imposición y la imposición de las ideologías

 

Con bastante frecuencia, he recibido ciertas recriminaciones, respecto a artículos publicados, por no haber mostrado claramente mis preferencias o mis opiniones al exponer algunas cuestiones económicas controvertidas. Vanamente, casi siempre he tratado de explicar que justamente era esa mi pretensión, plantear alguna discusión con base en una serie de elementos que permitieran al hipotético lector forjarse su propia opinión.

He decir, también en mi descargo, que no es una pauta académica insólita. Al reencontrarme con la obra “Las ideologías de la imposición”, de Louis Eisenstein[1], compruebo que este autor intentaba aplicar ese enfoque, apartándose de lo que tenía por costumbre: “Ya que mi propósito es, de principio a fin, resumir y analizar estas ideas, me he abstenido de introducir mis preferencias en la discusión… El lector es totalmente libre para sacar cualquier conclusión que le parezca bien sin la más mínima insinuación o exhortación por mi parte”. A pesar de ello, cualquiera que se adentre en las páginas de la obra descubrirá pronto que sus preferencias distan de estar completamente ausentes.

Sí lo consigue en su manifestación inicial en relación con los “sistemas racionales y retóricos ideados por distintos grupos e intereses con la finalidad de lograr una distribución que se corresponda con sus propios deseos pecuniarios. Estos sistemas son claras ideologías, esto es, complejos de ideas y de actitudes convenientemente dotados con el vocabulario preciso. Naturalmente, como todas las ideologías, se presentan bajo la forma de conjuntos de verdades objetivas que sólo pueden dejar de aprobar los interesados o los ignorantes”.

También nos recuerda que “la imposición es un proceso político y no deberíamos confiar, por consiguiente, en que las frases hechas nos suministren mucha más luz en este campo que en las restantes áreas de contienda política”.

Idealmente, pues, para analizar las ideologías de la imposición, resultaría fundamental poder aproximarse haciendo abstracción de la ideología propia. De lo contrario, es bastante probable que se acabe tratando de imponer esta última.




[1] 1961; versión española, Instituto de Estudios Fiscales, 1983.


Entradas más vistas del Blog