La importancia de la demarcación
del papel del sector público en la economía solo está reñida con la de la dificultad
de trazar con precisión los límites de su intervención real. A menos que la expresión
vaya acompañada de alguna explicación metodológica, hablar de “sector público”
sin más nos lleva a una situación de ambigüedad en cuanto a su alcance efectivo.
Y hemos de ser conscientes de que, aunque se opte por la acepción habitual de
su identificación con el sector de administraciones públicas según el cómputo
efectuado por la contabilidad nacional, la visión resultante no será completa,
y ello por varias razones.
De entrada, porque dentro
del sector de administraciones públicas no se incluyen las operaciones realizadas
por otras unidades públicas integradas en los sectores de sociedades no
financieras y de instituciones financieras. Pero, incluso haciendo abstracción
de esa omisión, debida simplemente a criterios metodológicos, no puede obviarse
una cuestión fundamental. En lo esencial, la contabilidad nacional recoge aquellas
operaciones que tienen una traducción presupuestaria, bien como ingresos o como
gastos públicos. Su importancia es innegable, pero el Estado también interviene
en la economía a través de otras vías que no dejan huella presupuestaria, lo
que no impide que puedan tener una gran trascendencia en las vertientes de la asignación
de los recursos, de la distribución de la renta y la riqueza, de la estabilidad
económica, o del desarrollo económico.
El Estado dispone de una
batería de instrumentos con un extenso alcance y una enorme potencia que no
dependen de rúbricas presupuestarias o, en todo caso, solo de manera parcial o
indirecta. Tal es el caso de las intervenciones llevadas a cabo a través de la regulación,
de la política monetaria, de los beneficios fiscales, de las concesiones de licencias
y servicios, de la expropiación, o de la conscripción. Algunos de los efectos
son visibles inmediatamente, pero otros no, y solo se perciben con el
transcurso del tiempo. En última instancia, tarde o temprano, todo acaba
influyendo en las arcas públicas.
A pesar de los años de
estudio de la economía del sector público, el reto de su delimitación sigue
estando ahí.