Memento mori. Este imperecedero adagio ha
de ser aplicable no sólo a las personas. La realidad no suele equivocarse. Es
la que es, pero los datos, como construcción humana para aprehenderla, no
escapan a ese ineludible dictado. Los agentes económicos se mueven en función de
sus percepciones, pero los datos estadísticos juegan un papel muy influyente en
la formación de las expectativas y en la toma de decisiones. La importancia de
la disponibilidad, fiabilidad, exactitud, prontitud y objetividad de la información
estadística difícilmente pueden, pues, ser exageradas. La obtención, el tratamiento
y la agregación de datos microeconómicos constituyen tareas complejas para las
que se requiere un alto grado de accesibilidad, de especialización técnica y de
medios adecuados. Estados Unidos es un país en el que se presta una enorme
atención a los indicadores económicos, y que cuenta con acreditados organismos
públicos y agencias privadas que aportan prestaciones estadísticas difícilmente
superables.
Pero ni siquiera
las fuentes de mayor solera llegan a alcanzar la perfección en el manejo de la
información económica a través de indicadores estadísticos. Así lo pone de
manifiesto Robert Armstrong en un artículo con un título bastante expresivo: “Data
can be wrong, too” (Financial Times, 8-2-2022). A este respecto, las cifras de
la evolución del empleo en Estados Unidos, en los últimos meses, han sido objeto
de una más que apreciable revisión (gráfico adjunto), lo que lleva a una
interpretación bastante diferente acerca del tono del mercado laboral.
Armstrong sugiere
extraer algunas lecciones de esta experiencia: “Los datos del gobierno con los
que los participantes en los mercados [financieros] están obsesionados día a
día no son unas sagradas escrituras. Son indicadores, no hechos exactos, fijos”.
Y también se
despacha con una reflexión de connotaciones “Eco-umbertianas”: “En los mercados,
parece siempre que las cosas son más inciertas que nunca, pero hay un argumento
plausible en el sentido de que actualmente estamos en un momento objetivamente
más incierto”.