3 de diciembre de 2021

Hallazgo premonitorio: cánticos obligados

 

Empeñado como estaba en la búsqueda de un rastro esquivo de una obra borgiana, en su lugar me he topado con una curiosa edición facsímil que, no hace mucho, generosamente me cedió la misma persona que hizo lo propio con otra de la Lex Flavia Malacitana, aquí evocada hace unos meses. “Villancicos dieciochescos editados con un estudio de Manuel Alvar” (Ayuntamiento de Málaga, 1973) es la publicación en cuestión.

El pliego que aparece en primer lugar lleva por título “LETRAS DE LOS VILLANCICOS, QUE SE HAN DE CANTAR EN LA SANTA Iglesia Catedral de Málaga, en los Maytines de la PURA Y LIMPIA CONCEPCION, en este año de 1790”.

Escuchad, atended, escuchad, Escuchad, atended á mis ecos, Mis voces suaves atentos oid… Que á la Aurora mas clara, y brillante ya por el Oriente se advierte venir”. Así comienza el villancico.

Quizás pueda ser un signo o una señal admonitoria en esta semana convulsa previa a la celebración de una significada festividad religiosa. El hallazgo viene a añadirse a la explicación que, hace unos días, una niña que hoy cumple seis años me daba acerca del significado del Adviento. Muchas coincidencias que llegan extemporáneamente, y ya sin remisión posible, en unos momentos en los que las prohibiciones se ciernen sobre el uso de algunas expresiones y vocablos tradicionales cuyo significado, hasta ahora, trascendía de sus raíces primigenias.

Esta mañana, alguien que también celebra hoy su cumpleaños me envió una fotografía de un amanecer. Aun de esta manera, contemplar su belleza es un bálsamo para el espíritu.

Feliz cumpleaños, Feliz Adviento y Felices Fiestas Navideñas. Por si acaso.






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