Los
artículos breves, escuetos, tienen diversas ventajas. No apabullan al lector,
requieren de poca dedicación de tiempo para las dos partes del mercado, y minimizan
los riesgos de errores, de fondo y de forma. No obstante, pueden inducir a una
reflexión profunda si se dejan acompañar por alguna imagen significativa o
expresiva. ¿Hacia arriba, o hacia abajo? ¿Hacia dónde vamos? ¿Podemos elegir?
¿Podemos corregir el rumbo?
[A VAD, la “ardillita” escritora, deseándole un feliz viaje en su ascenso a la copa del árbol del conocimiento.]