El
enfoque didáctico de Edufinet como proyecto de promoción y extensión de
la cultura financiera se sustenta en una serie de principios básicos. Entre
ellos destacan dos inspirados en pensamientos filosóficos. La inclinación
primordial a la adquisición de conocimiento para su transmisión es primordial,
en línea con las enseñanzas de Séneca. El reconocimiento del papel del error
como elemento útil dentro del proceso de aprendizaje, que encuentra apoyo en
las tesis de María Zambrano, es otro de dichos pilares.
Ambos
principios, sin embargo, se ven cuestionados si examinamos algunas de las
reflexiones de Goethe[1]. Así,
según el sabio germano, “Lo que uno sabe, lo sabe en realidad para sí mismo. Si
hablo con otro sobre algo que creo saber, enseguida cree él saberlo mejor y
tengo que replegarme una y otra vez en mí mismo con mis conocimientos”. Todo un
jarro de agua fría, al que viene a sumarse la consideración de que “La verdad
estimula; del error no surge nada, sólo sirve para confundirnos”.
En
verdad no resultan proposiciones muy alentadoras. Pero, al margen de la altura
intelectual de su autor, no es prudente rechazarlas categóricamente sin más. Otros
principios superiores han de ser también los de revisión continua y permanente
sometimiento a contraste. Todo desafío debe ser bienvenido y aprovechado,
aunque provenga del túnel del tiempo.
[1] Vid. J.
W. von Goethe, “Máximas y reflexiones”, edición a cargo de Juan José del Solar,
Edhasa, 2021.