Hoy
es un día triste. A pesar de que se veía venir. Aunque lleva fecha de 7 de agosto
de 2021, es hoy cuando se están difundiendo las conclusiones del sexto informe
de evaluación del Intergovernmental Panel On Climate Change (IPCC), “Climate Change
2021. The Physical Science Basis” (www.ipcc.ch).
En él se afirma que “es inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera,
los océanos y la tierra… Los aumentos observados en las concentraciones de gases
de efecto invernadero (GEI) bien mezclados desde alrededor de 1750 son
inequívocamente causados por las actividades humanas… Cada una de las cuatro últimas
décadas ha sido cada vez más cálida que cualquier década precedente desde 1850”.
Además
de otras aseveraciones inquietantes, se señala que “el cambio climático
inducido por la actividad humana está afectando ya a muchos fenómenos meteorológicos
y climáticos extremos en todas las regiones del mundo”.
E
incluso en el mejor de los escenarios previsibles de disminuciones en las
emisiones de GEI, el mundo es probable que alcance temporalmente un calentamiento
de 1,5C dentro de 20 años.
Los
mensajes desalentadores se van sucediendo sin tregua a medida que uno recorre las
páginas del informe, del que se ha publicado un resumen de unas 40 páginas
dirigido a los políticos. La gravedad del cuadro descrito es resumida de forma
impactante por António Guterres, secretario general de la ONU: las conclusiones
del informe describen “un código rojo para la humanidad” (C. Hodgson, “Global
warming will hit 1,5C by 2040, warns IPCC report”, Financial Times, 9-7-2021).