21 de agosto de 2021

El caso Messi: algunas reflexiones económicas

El deporte brinda una especie de gran laboratorio natural donde aplicar el análisis económico a una diversidad de situaciones y tomas de decisiones empresariales y profesionales. El tránsito de una estrella como Leo Messi desde el Fútbol Club Barcelona (FCB) al París Saint-Germain (PSG) suscita numerosas reflexiones económicas generales y particulares:

Las vinculaciones y afinidades recíprocas entre jugadores y clubes que no estén plasmadas y cuantificadas en un contrato suelen carecer de eficacia en los momentos cruciales.

Las exorbitantes remuneraciones de las estrellas deportivas vienen explicadas por la capacidad de generación de ingresos a escala global. Hay signos evidentes de que el nivel medio de las retribuciones, en algunos mercados deportivos, futbolísticos y de otras disciplinas, es resistente a la baja para ajustarse a las condiciones reales de la demanda. La utilización de acciones del club -o de instrumentos equivalentes- dentro del paquete de remuneraciones es una alternativa planteada por algunos analistas.

Una buena parte de los salarios más elevados percibidos por las grandes figuras deportivas se deriva simplemente del efecto globalizador de los medios de comunicación, no de mayores cualidades o de un mayor sacrificio. Se trata, pues, de una renta económica pura, que justificaría la aplicación de una tributación más elevada que la ligada al esfuerzo personal.

Cuando un jugador tiene capacidad para negociar un salario en términos netos de impuesto, en la práctica está logrando que el impuesto sobre la renta sea soportado por su empleador. Un impuesto directo se convierte en un impuesto indirecto. Pese a todo, el uso de “refugios fiscales” es una tentación para los agentes maximizadores de ingresos.

El coste íntegro de la contratación, integrado por diversos componentes, es la variable clave a considerar por el club. En función de diversas circunstancias, el salario neto puede llegar a multiplicarse por más de 3 para obtener el coste total.

Aunque, en una liga deportiva, la existencia de competencia y de incertidumbre es en sí misma un producto, una condición esencial, los comportamientos económicos de algunos clubes, lanzados a la búsqueda de un dominio absoluto, parecen decididos a desafiar ese principio. En Europa se estima poco probable la adopción de fórmulas del “socialismo deportivo” de algunas ligas estadounidenses (topes salariales reforzados, reparto lineal de los derechos de emisión, preferencia en la elección de jugadores para los peor clasificados cada temporada, y “cánones sobre el lujo”).

La situación económica condiciona incluso a un club tan potente como el FCB, que, en 2019-20, lideró la tabla mundial de clubes de fútbol por ingresos, con 715 millones de euros. Pese a ello, acumula una deuda de 1.100 millones de euros, tuvo unas pérdidas cercanas a los 500 millones de euros la pasada temporada, y afrontaba unos costes salariales, incluso sin Messi, iguales al 95% de los ingresos, por encima del 70% prescrito por la Liga española.

Como ha señalado Simon Kuper, en cualquier negocio basado en el talento, la decisión de gestión más importante es la del reclutamiento de profesionales, pero el FCB ha perdido la “guerra por el talento”. En 2017, rechazó el ofrecimiento de Kylian Mbappé y, posteriormente, el de Erling Braut Haaland, y se ha permitido pagar jugosas sumas por las contrataciones de otros jugadores (más de 1.000 millones de euros entre 2014 y 2019). Además, los “productos finales” de La Masía, últimamente, no salen tan ajustados como antaño.

La productividad y la eficacia de Messi rompen todos los registros. Con él, en 17 temporadas, el FCB ha ganado 10 Ligas y 4 Champions Leagues, además de otra veintena de títulos. Pero no era un recurso barato (en términos absolutos), a tenor de las cifras que han salido publicadas (555 millones de euros en 4 temporadas), y del incremento de su retribución en los últimos años. Ello suponía un freno para la incorporación de otras estrellas y ejercía un efecto contagio sobre el resto de la plantilla. Pero la pérdida de un activo como Messi sin ninguna compensación ha sido ya propuesta como caso de estudio de cómo no gestionar inversiones.

El paradigma de las finanzas sostenibles se está extendiendo por todo el circuito económico. La alineación de la sostenibilidad financiera, como titular, de manera efectiva, en un terreno de juego verdaderamente equilibrado, es hoy día una aspiración básica en el mundo del deporte profesional. En cualquier caso, la incorporación de la transparencia sería altamente valiosa para la mejor aplicación del análisis económico.

(Artículo publicado en el diario “Sur”).



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