Uno
de los rasgos del modelo de civilización en el que nos encontramos inmersos es
la aparición de una poderosa casta de sumos sacerdotes que, catapultados por
sus éxitos empresariales o profesionales, o simplemente por su notoriedad
personal, y apoyados en la fortaleza de las redes sociales, han asumido de
manera espontánea la misión de marcar el rumbo de la humanidad. Normalmente
ejercen el apostolado a tiempo parcial, gracias al extraordinario alcance y a
la capacidad de penetración de tales herramientas de comunicación.
Aunque
no se sabe si pueden existir algunos mecanismos de coordinación entre ellos, el
Gran Reinicio cuenta con un selecto elenco de figuras de enorme influencia que
mentalizan al pueblo llano acerca de cómo será el nuevo paisaje. Tampoco se
sabe con certeza hasta qué punto validan con el ejemplo las pautas que
recomiendan al común de los mortales.
Lo
que sí es claramente llamativa es la coincidencia en el lanzamiento de una
serie de propuestas que apuntan a un sistema donde no existirían propiedades,
no ya sólo de los medios de producción, sino incluso en el ámbito personal.
En
este contexto, Elon Musk, director, entre otras, de corporaciones como Tesla,
ha manifestado recientemente que está desinvirtiendo la mayor parte de sus
posesiones personales y también sus viviendas. Después de esto, llama a sus seguidores a no poseer (más estrictamente, a no ser propietario) de ninguna vivienda. Según los antecedentes
recordados en un artículo que aborda dicha decisión, el referido magnate no
muestra el perfil más idóneo para ilustrar el principio de predicar con el
ejemplo (rechazo de la inteligencia artificial, para, posteriormente, constituir
su propia fundación sobre la materia; posiciones oscilantes sobre el bitcoin;
promoción de una empresa de fabricación de ladrillos destinados a viviendas
asequibles)[1].
En
dicho artículo se evoca un pasaje del Evangelio según Mateo: "Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?… Si quieres ser
perfecto, anda, vende tus bienes, da el dinero a los pobres -así tendrás un
tesoro en el cielo- y luego ven y sígueme".
El
articulista se pregunta si Elon Musk se imaginaría siendo el joven rico o
quizás el propio Jesús. No lo sabemos, pero, por la información conocida,
parece que está bastante cómodo tratando de emular al segundo.
[1]
Vid. J. Lo Dico, “Imagine no possessions - it’s easy if you’re Elon Musk”,
Financial Times, 22 de junio de 2021.