Arte: “Capacidad, habilidad para hacer algo”. “Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros”.
Artista: “Persona dotada de la
capacidad o habilidad necesarias para algunas de las bellas artes”.
Artesanía: “Arte u obra de los
artesanos”.
Artesano, a: “Persona que ejercita un arte u oficio meramente mecánico. U. modernamente
para referirse a quien hace por su cuenta objetos de uso doméstico
imprimiéndoles un sello personal, a diferencia del obrero fabril”.
Fuente: Real Academia Española, “Diccionario de la lengua española”, 23ª edición, Espasa, 2014.
Acudir
al “Diccionario de la lengua española” es un placer, especialmente si se
recurre a alguna edición impresa. Las aplicaciones telemáticas son muy útiles y
posibilitan el acceso a la información más actualizada, pero la experiencia es
muy distinta. El resultado puede ser el mismo, pero, en uno y otro caso,
proviene de actividades muy dispares.
En
numerosas ocasiones, partir de los dictados de esa colosal fuente canónica
permite clarificar ideas y conceptos, e incluso allanar el camino para afrontar
un problema complejo. Otras veces, sin embargo, nos sentimos desamparados
cuando nos encontramos con un vacío donde creíamos que debería brotar una
palabra, y casi nos sentimos defraudados por que aún no se haya completado la
tabla periódica que forjamos en nuestra mente. Tampoco faltan casos en los que
el contenido de esas veneradas páginas nos deja sumidos en una considerable
posición de ambigüedad o de falta de esclarecimiento. Pero, al menos, siempre,
por una razón o por otra, el Diccionario por antonomasia nos invita a alguna
reflexión.
Ese
tercer supuesto es tal vez el que se da cuando consultamos los significados de
“arte” y “artesanía”. Las definiciones quizás no se ajustan a nuestras
expectativas o a nuestras percepciones personales, pero sí resulta llamativo
que en el caso del arte la definición atienda al objeto, mientras que en el de
la artesanía se ponga el foco, sin darnos ninguna pista directa, en el sujeto.
Por
otro lado, se concibe al artista como “una persona dotada”, pero ¿se trata de
una dotación genética, adquirida, o mixta?
En
fin, ¿a qué categoría se puede adscribir una persona que muestra
extraordinarias habilidades para componer maquetas de forma creativa, y para la
fotografía paisajística, y que, después de años de un quehacer metódico y
cuidadoso en esas facetas, sin pasar por ninguna escuela o centro de arte, se
adentra, como autodidacta, en el mundo de la pintura? Tras muchas horas de
trabajo, de pruebas y ensayos, de avances y retrocesos, de luces y sombras, van
completándose lienzos con abnegada dedicación, en su intento de captar todos
los detalles, colores y matices de cada composición.
Siempre
he pensado que, desde niños, caminamos por unos carriles muy estrechos. Hay
bastantes carriles contiguos que pueden cruzarse casi inadvertidamente. La
distancia que los separa es muy corta, y algunas barreras son casi imperceptibles.
Otros, en cambio, están muy alejados, y se encuentran protegidos por muros
inexpugnables. En ellos es casi imposible entrar, pero es fácil desplazarse a
otros menos prometedores o más arriesgados. Es sencillo juzgar a las personas
en función de la altura de la cima a la que llegan, pero no debería obviarse la
consideración de las condiciones del carril por donde ha circulado cada una en
su andadura vital.
Uno
de esos lienzos se hizo un hueco entre mis libros, y otro ha quedado plasmado
en la imagen compañera. Apenas de percibe la firma, pero son obra de un
artista abnegado y compulsivo. Se llama Francisco Jiménez Chaparro, y hay que
descubrirse ante su talento esmerado y autoexigido. No sabría decir con certeza
si se trata de un artista, de un artesano, de un artesano artístico, o de un
artista artesanal. Lo dice alguien para quien la artesanía es una mezcla de
habilidad y de esfuerzo, de destreza y de profesionalidad, de vocación y de
dedicación. La percepción personal a veces rehúsa someterse a los pliegues del
registro académico.