1 de enero de 2021

“How can you mend a broken heart”: el legado de los “Bee Gees”

Cuando el año 2020 estaba en su agonía, y luego 2021 daba sus primeros pasos, hizo acto de aparición la música, en estado puro y emocional, sin ataduras ni corsés. Como experiencia individual y colectiva, la música es un pilar fundamental para proseguir nuestro camino. ¿Qué sería de nosotros sin ella? “Música, bendita música…”, canta Serrat.

Desde que era niño, me prometí a mí mismo que, algún año, asistiría al concierto de año nuevo en Viena. Como tantas otras promesas, permanece incumplida y ya casi olvidada, pero agradezco la dicha de poder disfrutar de la música, gracias a los adelantos tecnológicos, ubicua y de disponibilidad instantánea y sin límites.


En un repaso, aunque sea somero, del elenco de aquellos intérpretes que han marcado una época, no podían faltar los Bee Gees, grupo cuya historia se plasma en un reciente documental con un título muy significativo, “The Bee Gees: How Can You Mend a Broken Heart” (Peter Aspden, “How the Bee Gees went from hitmakers to hate-figures – and back again”, Financial Times, 14-12-2020).


En numerosas ocasiones, la apariencia exitosa y feliz de los grandes ídolos musicales encubre historias desgarradoras. La de los Bee Gees está seccionada por la prematura pérdida del hermano más joven, Andy, a los 30 años, en 1988, que, personalmente, como a tantos otros seguidores, me causó una enorme tristeza. Como también me la provoca comprobar ahora cómo el célebre conjunto musical se convirtió, en su día, en el centro de las iras de movimientos que empujaron a destrucciones de sus discos en actos colectivos.


Por una razón o por otra, todos hemos tenido alguna vez, o quizás para siempre, “a broken heart”. El de Barry Gibb, el único miembro del grupo aún vivo, sin duda lo está: “Estoy empezando a reconocer el hecho de que nada es verdad. Nada. Todo es una cuestión de percepción”.


No, no es en absoluto fácil curar un corazón roto, pero la palabra (“It’s only words and words are all I have”) y la música son dos poderosas herramientas para restañar heridas. Pese a las desgracias y las ausencias, queda el legado musical de aquellos inolvidables hermanos, capaz de revivir viejas emociones y de rescatar recuerdos entrañables.

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