19 de enero de 2021

“Fisherman’s friends”: el valor de lo auténtico

Aunque me imagino que con un recurso considerable a la licencia, la película Fisherman’s friends está basada en hechos reales. Narra la curiosa e inverosímil historia de un grupo de pescadores, pertenecientes a varias generaciones, de Port Isaac, localidad situada en Cornualles, que, de manera fingida, son tentados a predicar desde el altar de la música. Según tengo entendido, en ese condado ubicado en el suroeste de Inglaterra discurren numerosas películas basadas en las novelas provenientes de la que fuera la sumamente productiva factoría de Rosemunde Pilcher.

Salpicada de elementos cómicos, el hilo argumental gira en torno al encargo que, circunstancialmente de visita en dicho lugar, un alto ejecutivo del sector discográfico londinense efectúa a su responsable comercial para cerrar un contrato a fin de que una decena de pescadores graben un disco con canciones tradicionales. Dicho encargo, que en realidad no respondía sino a un mero divertimento, fue, sin embargo, asumido seriamente por el ingenuo gestor, para quien se presenta un reto en toda regla. ¿Qué salida podría tener, en un mercado dominado por corrientes modernas y tecnificadas, un conjunto de aficionados que entonan canciones que incluso se remontan varios siglos en el tiempo?

La broma se convierte en drama cuando, después de muchos esfuerzos, el comercial logra convencer al grupo para dar el salto al mundo discográfico, para, a renglón seguido, descubrir que se trataba de una simple chanza del prepotente ejecutivo de la City. Pese a todo, al haber comprometido su palabra en un paraje donde el compromiso personal -refrendado por un apretón de manos- es sagrado, sigue adelante con el proyecto, pero no lo tendrá nada fácil…


Más allá del desenlace de esa imposible aventura musical, la película es una delicia de principio a fin por múltiples razones, que van desde los paisajes marinos hasta la ambientación y la interpretación, pasando por el descubrimiento de peculiares formas de vida, así como de costumbres y valores que parecían extinguidos.


La historia recreada permite extraer también algunas útiles enseñanzas en el plano económico y financiero, a través de la visualización de aspectos como la importancia de las actividades económicas primarias, las formas de organización del trabajo en equipo, la apreciación del estrés financiero para los deudores hipotecarios, las dificultades de acceso al mercado discográfico, el papel de las comisiones de intermediación, o el canje de activos inmobiliarios.


La exaltación del esfuerzo abnegado de los pescadores, su compromiso inviolable con su profesión, el sentido del honor, el recuerdo de sus supersticiones, la importancia de la amistad y de los lazos familiares, el espíritu de comunidad, la disposición permanente al sacrificio y a la solidaridad, la sombra de la tragedia, el respeto a las tradiciones, la lucha por la conservación de lo auténtico; en fin, esos elementos, unidos a la alegría de vivir en paz con uno mismo y con los demás, son ingredientes esenciales que emanan de ese entrañable relato.


Según parece, Fisherman’s friends es una película que encaja dentro de la categoría de comedias británicas catalogadas como “optimistas”, y etiquetadas con la vitola del feel good. Es sin duda una buena expresión que resume bastante bien la sensación que, acompañada de notas de tristeza y melancolía, nos deja en la piel, sin que podamos evitar desprendernos de la añoranza de lo que podía haber sido y no fue en nuestra propia ruta de navegación.

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