Los tratados sobre las mejores prácticas de la
gestión empresarial se cuentan por centenares, las guías para ser un líder de
éxito son difícilmente inventariables, las recetas para triunfar en los
negocios, incontables. Aunque muchas de las pautas prescritas se basan en
complicados o sofisticados esquemas y reglas, la observación de casos
singulares tiende a desmontar ese tipo de elucubraciones y nos sorprende, en
ocasiones, con un panorama caracterizado por la sencillez. Esto puede ocurrir
incluso en sectores sujetos a grandes exigencias y difíciles de gestionar, como puede serlo el financiero, en general, y el bancario, en particular.
¿Bajo qué criterios deberíamos juzgar la trayectoria
de un ejecutivo? No parece que ni el estatus alcanzado, ni los niveles
retributivos, ni las primas obtenidas, especialmente a raíz de algunos lamentables casos
conectados con la gran crisis financiera de 2007-2008, sean unas opciones muy
fiables.
Según The Economist, la prueba más difícil de todas
es la de crear algo de la nada, y proporcionar rendimientos de larga duración a
los accionistas al tiempo que se da apoyo a la economía. Y, utilizando este
tipo de métricas, califica como el mejor banquero del planeta a alguien situado
fuera de las élites de los grandes centros financieros (“Aditya Puri, the
world’s best banker?”, 31-10-2020). El merecedor de dicho título honorífico es
quien ha conducido al banco hindú HDFC, actualmente valorado en 90.000 millones
de dólares, desde su creación en el año 1994.
La comparación de un indicador clave como es el
rendimiento total obtenido por los accionistas es ciertamente impactante. Según
los cálculos realizados por The Economist, el banquero hindú, retirado a
finales de octubre de 2020, ha logrado un aumento de tales rendimientos del 16.187%
a lo largo de su mandato, con una tasa anual media de crecimiento acumulativo
del 22%. De esta manera, el valor absoluto creado para los accionistas asciende
a 83.000 millones de dólares.
Tres son los factores que están detrás de esta
impresionante trayectoria: i) el estilo de gestión, basado en una visión clara,
con atención microscópica a los detalles, lenguaje directo, y habilidad para
retener el talento; ii) disciplina estratégica,
con un foco en el negocio minorista local y en los clientes comerciales,
sustentado en una extensa red de oficinas, la mitad de ellas ubicadas fuera de
las ciudades; y iii) enfoque tecnológico caracterizado por ser un “seguidor
rápido”, lo que permitió automatizar procesos (“las aprobaciones de préstamos
pasaron de días a segundos”, preservando el rigor de los sistemas de crédito),
y mantener unos costes bajos.
Finalmente, The Economist apunta un rasgo curioso
de Puri, que, según se indica, trabajaba muchas menos horas que la mayoría de
sus colegas: “Solía hacer una pausa para el almuerzo, a menudo en su casa con
su mujer, y dejaba el despacho a las 5,30 p.m. Quizás éste era el secreto de su
éxito”.