No todos los mensajes recibidos son anónimos ni plantean
inquietantes enigmas. A diferencia de otros días, hoy he recibido un impagable
obsequio en la forma de una máxima que no dudaría en calificar como soberbia, y
que me apresuro a incluir en mi lista de frases predilectas: “No thief, however
skilful, can robe one of knowledge, and that is why knowledge is the best and safest
treasure to acquire”.
Agradezco al remitente, con quien he compartido
varios proyectos de conocimiento, que me haya hecho partícipe de este singular
tesoro, acompañado de la firma de su autor, L. Frank Baum.
Quién me iba a decir a mí, treinta años después de
haber llegado casi a la saturación por consumo reiterado de “El mago de Oz”,
película por la que sentía gran entusiasmo mi hija, que el autor de esa obra
iba a causarme tal impresión al leer esta muestra de su pensamiento. “Somewhere
over the rainbow”, en cambio, es una canción que siempre me cautivó. Por ella
no pasa el tiempo, y sigue dando alas a la imaginación y a la ilusión.
Más allá del arcoíris nos lleva el conocimiento. Así
pues, encontrar una frase de esta naturaleza, para todos los que sólo estamos dispuestos
a declararnos siervos del saber, es altamente reconfortante y estimulante para
continuar esa aventura sin límite en pos de un arcoíris que no se deja atrapar.
Pero no por ello debemos caer en la exaltación
relajada del conocimiento, por muy sagrado que sea su templo. En la gran obra “El
conocimiento inútil”, el filósofo Jean-François Revel nos alerta de los riesgos
existentes: “vivir en una época modelada por la ciencia no nos hace a ninguno
de nosotros más aptos para comportarnos de manera científica fuera de los
ámbitos y de las condiciones donde reina inequívocamente la obligación de los
procedimientos científicos… el investigador científico no es, por naturaleza,
más honrado que el hombre ignorante”.
Y en ningún momento podemos ignorar la frase con la
que Revel comienza dicha obra: “La primera de todas las fuerzas que dirigen el
mundo es la mentira”.
“… If happy little bluebirds fly beyond the
rainbow, why, oh, why can’t I?”