Durante los días 21 y 22 de noviembre
próximos se celebrará el II Congreso
de Educación Financiera de Edufinet, cuyo lema será “Educación Financiera para
una sociedad en transformación”. El Congreso reunirá en Málaga a, aproximadamente,
una treintena de ponentes y comentaristas que abordarán algunas de las
principales cuestiones que actualmente se suscitan en relación con la educación
financiera de la población.
A raíz del estallido de la crisis
financiera internacional en el año 2008, en el curso de los años siguientes se
han multiplicado las actuaciones en el ámbito de la educación financiera. Ese
difícil período de inmensos costes económicos y sociales puso de manifiesto la
necesidad de contener el déficit de cultura financiera detectado en la mayoría
de países de todo el mundo.
La educación financiera, eje de la
estabilidad del sistema financiero
Hoy día, la educación financiera se
concibe como uno de los ejes de la estabilidad del sistema financiero,
conjuntamente con la regulación, con singular importancia de la protección del
consumidor financiero, y la supervisión. Sin embargo, la educación financiera
encuentra una plena justificación con independencia de cualquier episodio de
crisis, como elemento imprescindible para que una persona pueda asumir de
manera responsable y consciente las sucesivas decisiones financieras que ha de
afrontar a lo largo de su vida. Así lo creíamos cuando, en el verano de 2005,
pusimos en marcha la iniciativa que en 2007 dio lugar al proyecto Edufinet.
Mucho ha sido lo acontecido desde
entonces y muchos los cambios observados en el campo de la cultura financiera. Como
se puso de manifiesto en nuestro primer Congreso, celebrado en noviembre de
2018, son numerosas las
cuestiones que se plantean en la actualidad en relación con la educación
financiera. Dentro de ese elenco en mutación continua, hemos seleccionado un
conjunto de ellas para su tratamiento en este segundo encuentro:
- ¿Cuáles son los propósitos esenciales que deben guiar los programas de educación financiera? ¿Debe la educación financiera orientarse inexcusablemente a lograr una mejora del bienestar financiero de los individuos, o centrarse en la adquisición de las competencias necesarias para la adopción de decisiones financieras de manera consciente y responsable?
- ¿Es significativo el papel de la educación financiera para la promoción del emprendimiento con vistas a la creación de empresas, o en el seno de organizaciones empresariales en funcionamiento?
- ¿Qué protagonismo debe tener la educación financiera en el ámbito de los servicios de inversión? ¿Ha de relativizarse, o incluso excluirse, dada la relevancia del asesoramiento financiero profesional en dicho segmento?
- ¿Cómo influye la psicología en la toma de decisiones financieras? ¿Qué avances se observan en este campo?
- ¿Qué conocimientos técnicos específicos y qué habilidades pedagógicas deben reunir los formadores que participan en los programas de educación financiera? ¿Cómo debe acreditarse la idoneidad para el desempeño de esa función?
- ¿Cómo debe amoldarse la educación financiera para dar la mejor respuesta posible a los retos que se derivan del envejecimiento poblacional?
- ¿Cómo debe abordarse el proceso de concesión de crédito a familias y empresas dentro de los programas de educación financiera?
- ¿Cuál debe ser el estándar básico para la evaluación de los programas de educación financiera? ¿Cuál es el enfoque más apropiado para medir la eficacia de un programa de manera objetiva y coherente?
- ¿Cómo deben diseñarse los programas de educación financiera dirigidos a millennnials?
- ¿Cómo debe incorporarse la consideración de la perspectiva tributaria en los programas de educación financiera? ¿Cuáles son las principales implicaciones tributarias de la toma de decisiones financieras?
- ¿Cómo han de responder las acciones formativas consideradas ante el proceso de digitalización? ¿Tiende la digitalización a disminuir la necesidad de cultura financiera?
- ¿Cómo se ve afectada la educación financiera por la irrupción del paradigma de las finanzas sostenibles? ¿Debe ponerse la educación financiera a disposición de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de la Agenda 2030?
Ciertamente, como señalábamos el
pasado año, difícilmente podemos aspirar a poseer todas las respuestas, pero,
como resulta patente, sí tenemos preguntas, muchas preguntas, además del
convencimiento de que ninguna puede despacharse de manera automática, y mucho
menos desde posiciones dogmáticas. Antes al contrario, consideramos que
cualquier curso de acción encaminado al interés general debe partir del intercambio
de ideas y puntos de vista, aprovechando los conocimientos, las experiencias y
las pruebas empíricas disponibles.
Objetivos del II Congreso de
Educación Financiera de Edufinet
Con ese espíritu, desde Edufinet
hemos organizado la segunda edición del Congreso de Educación Financiera, cuya
información se recoge en la página web https://www.edufinetcongress2019.es. Éstos son sus objetivos esenciales:
- Servir de punto de encuentro de los diversos agentes involucrados o interesados en la educación financiera, con una orientación especial hacia académicos, profesionales y representantes de instituciones públicas y privadas relacionados con ese campo temático.
- Discernir el estado de la cuestión en dicho ámbito, a fin de identificar tendencias y puntos de interés.
- Poner en común conocimientos y experiencias en materia de educación financiera.
- Identificar los principales retos que se plantean en relación con el objetivo de mejora de la cultura financiera.
- Seleccionar aspectos clave para la adaptación continua de los programas de educación financiera a las nuevas realidades y a las necesidades cambiantes de los distintos colectivos poblacionales, con particular atención a la transformación digital.
- Perfilar las estrategias de actuación más adecuadas y el diseño óptimo de los programas educativos en la referida vertiente.
Con esa orientación múltiple, el
programa se articula en torno a doce tópicos seleccionados en conexión con la
educación financiera: fines, emprendimiento, servicios de inversión, psicología,
formación de los formadores, concesión de créditos, envejecimiento poblacional,
evaluación de los programas, millennials, aspectos tributarios,
digitalización, y finanzas sostenibles. El programa se completa con sendas
sesiones de inauguración y de clausura.
Como poníamos de relieve hace algunos
años, el inventario de cuestiones planteadas
en relación con la educación financiera es sumamente amplio, y no deja de crecer, lo que hace
que resulte bastante arduo pretender abordarlas de manera exhaustiva en el
marco de unas actividades congresuales ordinarias. Por ello, si bien hemos de
reconocer que, dentro del programa, “no están todas los que son”, igualmente
pensamos que sí “son todas las que están”. En efecto, los temas seleccionados
forman parte del núcleo de aspectos que deben ser objeto de tratamiento para
discernir “el estado de arte” en esta parcela del conocimiento, que se distingue
por su carácter “fronterizo”, a partir de un núcleo en expansión continua.
Si a la importancia objetiva de los
referidos tópicos unimos el nivel, la cualificación y la experiencia de los ponentes
y comentaristas, estamos convencidos de que el Congreso permitirá reunir un
conjunto de aportaciones relevantes, de interés para investigadores,
formadores, responsables de programas, autoridades, e instituciones
involucradas en el fomento de la cultura financiera.
El evento de la gran crisis financiera
internacional iniciada hace más de diez años fue calificado en su día como un
“momento pedagógicamente aprovechable”. Aunque ello sea innegable, no es menos
cierto que la trascendencia de las decisiones financieras de las personas,
unida a las deficiencias de competencias financieras detectadas, hace que podamos
aplicar ese calificativo en un calendario abierto. Siempre es buen momento para
aprender, y nunca es tarde para hacerlo.
Después de un recorrido cercano ya a
los tres lustros laborando en la arena de la educación financiera, para el
proyecto Edufinet es también un momento propicio para seguir madurando, para
seguir acumulando un bagaje que permita incrementar nuestra capacidad de
actuación en pro de la cultura financiera. Con la meta, en definitiva, de
aprender para compartir, que es uno de los principios inspiradores de nuestro
proyecto, un proyecto de responsabilidad social, corporativa e individual, que
mantiene vivo su compromiso con la educación financiera.
(Artículo publicado en "UniBlog", con fecha 24 de octubre de 2019)