16 de agosto de 2019

La lotería del tiempo de los deportistas de élite

En algunas entradas de este blog nos hemos planteado diversos interrogantes acerca de la legitimidad de las retribuciones de los deportistas y otros profesionales de élite, y de la carga impositiva adecuada sobre las mismas. En su obra “Termites of the state. Why complexity leads to inequality” (Cambridge University Press, 2018), de la que próximamente aparecerá una reseña en la revista “e-pública, revista electrónica sobre la enseñanza de la economía pública”, Vito Tanzi ofrece una perspectiva llena de interés.

El prestigioso economista italiano lleva a cabo un análisis de los factores explicativos del éxito alcanzado por algunas empresas e individuos en la actualidad y, a raíz del mismo, de los elevados niveles de renta y de riqueza asociados. Uno de esos factores concierne a la disponibilidad de las tecnologías de la comunicación, que posibilitan la venta o la distribución de servicios a millones de personas alrededor del mundo. En su opinión, no todos los nuevos productos o servicios que se benefician de la protección ofrecida al capital intelectual tienen una base científica o intelectual. Tal es el caso, entre otros, de los deportistas de élite.

Para ilustrar su argumentación aborda la situación del tenista Novac Djokovic, de origen serbio, pero que opera a escala mundial. Tanzi señala que si Nole hubiese nacido un siglo antes (¡en 1887!, por lo que habría sido casi coetáneo de J. M. Keynes, nacido en 1883), y hubiese sido un jugador de tenis igualmente tan bueno, “su renta habría estado limitada por la renta media de su país y por el número de espectadores de pago que pudieran ser acomodados y estuviesen dispuestos a comprar una entrada para verlo jugar en las pistas de tenis de su país”. Ya sabemos las ventajas que conlleva la globalización desde el punto de vista de la difusión de los espectáculos deportivos, y los sustanciosos beneficios cosechados por los protagonistas más exitosos.

Tanzi argumenta que el incremento de la renta logrado por Djokovic no han requerido de un esfuerzo extra por su parte, por lo que sus ingresos revisten la característica de ser, en gran medida, una renta económica pura. En suma, arguye que la capacidad y el esfuerzo de los deportistas no ha tenido que cambiar apreciablemente para lograr unas rentas tan elevadas: “Las estrellas simplemente tuvieron la suerte de haber encontrado una política y un entorno tecnológico que les ha permitido multiplicar enormemente sus emolumentos. La lotería del nacimiento no ha hecho sino proveerlos de talento, pero la lotería del tiempo ha actuado muchísimo en su favor, al haberlos hecho nacer en un período en el que sus actuaciones podían atraer a muchos más espectadores y más valor, y cuando podían ser protegidos por los derechos de propiedad”.

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