No se sabe muy bien por qué. Quizás porque los
protagonistas son una especie distinguida de nómadas que recorren los
continentes sin saber dónde aterrizarán cada temporada, que muchas veces tienen
que buscar en el atlas la localidad hacia la que se encaminan sus próximos
pasos deportivos, que saben que es muy difícil echar raíces en el sitio
preferido, que son conscientes de que pueden pasar de héroes a villanos por un
simple cambio de indumentaria...
Por eso, para ellos la mejor referencia de un
posible contrato es una cantidad neta de impuestos, expresada en la que todavía
sigue siendo la primera divisa del planeta, el dólar estadounidense. También se
da por hecho que, al ser “trabajadores temporales”, adicionalmente hay que
proporcionarles billetes de avión, vivienda, coche, seguro médico y alguna que
otra prestación específica. La mayoría se mueven libremente, por lo que no es
preciso efectuar pago alguno para hacerse con sus servicios, salvo que los
derechos de contratación estén en poder de algún club o entidad.
No suelen negociar directamente, sino que esta
función la encomiendan a agentes especializados que actúan como sus
representantes. Sin embargo, curiosamente, el coste de tales servicios de
intermediación recae normalmente en los clubes contratantes. Hasta cierto
punto, esto constituye un detalle secundario, ya que, en caso contrario (lo
que, por supuesto, parecería bastante más lógico), la retribución de referencia
se incrementaría en el importe de la comisión correspondiente.
Esa costumbre, convertida en ley en los mercados
profesionales, ha tenido un efecto ciertamente perturbador en la medida en que,
intuitivamente, promovía una tendencia a comparar las retribuciones básicas
netas de impuesto, en el caso de los jugadores extranjeros, con las
retribuciones íntegras, en el caso de los jugadores nacionales.
Consiguientemente, para evitar posibles episodios de ilusión financiera, así
como llevar a cabo comparaciones no homogéneas, ante cualquier contratación, es
preciso cuantificar correctamente el coste total desde el punto de vista
empresarial: identificando primero todas las partidas, dinerarias o en especie,
que impliquen un coste económico; calculando luego exactamente su cuantía, y,
por último, computando la carga fiscal asociada.
Lógicamente, hay que considerar, adicionalmente, las
posibles retribuciones variables, ligadas a objetivos deportivos individuales
y/o colectivos, los importes a satisfacer en concepto de derechos de traspaso
(prorrateándolos en función de la duración del contrato) y, también en su caso,
las cantidades previstas por el no ejercicio de opciones para la renovación del
compromiso contractual.
La cuantía total de un contrato dependerá,
evidentemente, de muchas circunstancias y condiciones concretas, entre ellas si
se utilizan, y en qué medida, derechos de imagen, y si se trata de jugadores
residentes o no residentes desde el punto de vista fiscal o que puedan acogerse
al régimen de “impatriados” (más conocido como “Ley Beckham”).
Simplemente a efectos ilustrativos, en el supuesto
de que no se abonen derechos de traspaso, ni retribuciones variables ni
indemnizatorias, y con un uso estándar de los derechos de imagen, el gráfico
adjunto refleja los costes totales de un jugador con una retribución anual
básica de 500.000 euros netos de impuesto, según se trate de residente o no
residente a efectos fiscales. En el primer caso, el coste para el club
contratante se transforma en unos 867.000 euros, lo que equivale a multiplicar
por más de 1,7 la retribución de referencia; en el segundo, a unos 711.000
euros, lo que sitúa el factor multiplicador en algo más de 1,4.
En definitiva, el coste total para el
club es la variable clave a considerar ante la toma de decisiones en la
contratación, lo que permite evitar que luego surjan algunas sorpresas
desagradables y desequilibradoras de las cuentas económicas.
(Este artículo fue publicado en "YMálaga" con fecha 3 de julio de 2009. Ante la próxima publicación de un artículo acerca del "caso económico Neymar", y aunque haya habido cambios notables desde entonces, se incluye aquí como un posible marco de referencia para quien pueda estar interesado en esta materia).