11 de agosto de 2017

El coste de los contratos de deportistas profesionales

No se sabe muy bien por qué. Quizás porque los protagonistas son una especie distinguida de nómadas que recorren los continentes sin saber dónde aterrizarán cada temporada, que muchas veces tienen que buscar en el atlas la localidad hacia la que se encaminan sus próximos pasos deportivos, que saben que es muy difícil echar raíces en el sitio preferido, que son conscientes de que pueden pasar de héroes a villanos por un simple cambio de indumentaria...
Por eso, para ellos la mejor referencia de un posible contrato es una cantidad neta de impuestos, expresada en la que todavía sigue siendo la primera divisa del planeta, el dólar estadounidense. También se da por hecho que, al ser “trabajadores temporales”, adicionalmente hay que proporcionarles billetes de avión, vivienda, coche, seguro médico y alguna que otra prestación específica. La mayoría se mueven libremente, por lo que no es preciso efectuar pago alguno para hacerse con sus servicios, salvo que los derechos de contratación estén en poder de algún club o entidad.
No suelen negociar directamente, sino que esta función la encomiendan a agentes especializados que actúan como sus representantes. Sin embargo, curiosamente, el coste de tales servicios de intermediación recae normalmente en los clubes contratantes. Hasta cierto punto, esto constituye un detalle secundario, ya que, en caso contrario (lo que, por supuesto, parecería bastante más lógico), la retribución de referencia se incrementaría en el importe de la comisión correspondiente.
Esa costumbre, convertida en ley en los mercados profesionales, ha tenido un efecto ciertamente perturbador en la medida en que, intuitivamente, promovía una tendencia a comparar las retribuciones básicas netas de impuesto, en el caso de los jugadores extranjeros, con las retribuciones íntegras, en el caso de los jugadores nacionales. Consiguientemente, para evitar posibles episodios de ilusión financiera, así como llevar a cabo comparaciones no homogéneas, ante cualquier contratación, es preciso cuantificar correctamente el coste total desde el punto de vista empresarial: identificando primero todas las partidas, dinerarias o en especie, que impliquen un coste económico; calculando luego exactamente su cuantía, y, por último, computando la carga fiscal asociada.
Lógicamente, hay que considerar, adicionalmente, las posibles retribuciones variables, ligadas a objetivos deportivos individuales y/o colectivos, los importes a satisfacer en concepto de derechos de traspaso (prorrateándolos en función de la duración del contrato) y, también en su caso, las cantidades previstas por el no ejercicio de opciones para la renovación del compromiso contractual.
La cuantía total de un contrato dependerá, evidentemente, de muchas circunstancias y condiciones concretas, entre ellas si se utilizan, y en qué medida, derechos de imagen, y si se trata de jugadores residentes o no residentes desde el punto de vista fiscal o que puedan acogerse al régimen de “impatriados” (más conocido como “Ley Beckham”).
Simplemente a efectos ilustrativos, en el supuesto de que no se abonen derechos de traspaso, ni retribuciones variables ni indemnizatorias, y con un uso estándar de los derechos de imagen, el gráfico adjunto refleja los costes totales de un jugador con una retribución anual básica de 500.000 euros netos de impuesto, según se trate de residente o no residente a efectos fiscales. En el primer caso, el coste para el club contratante se transforma en unos 867.000 euros, lo que equivale a multiplicar por más de 1,7 la retribución de referencia; en el segundo, a unos 711.000 euros, lo que sitúa el factor multiplicador en algo más de 1,4.
En definitiva, el coste total para el club es la variable clave a considerar ante la toma de decisiones en la contratación, lo que permite evitar que luego surjan algunas sorpresas desagradables y desequilibradoras de las cuentas económicas.
(Este artículo fue publicado en "YMálaga" con fecha 3 de julio de 2009. Ante la próxima publicación de un artículo acerca del "caso económico Neymar", y aunque haya habido cambios notables desde entonces, se incluye aquí como un posible marco de referencia para quien pueda estar interesado en esta materia).

 

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