Las encuestas sociológicas revelan que la mayoría de los ciudadanos españoles (un 62%) consideran que reciben del Estado, en forma de servicios públicos y prestaciones sociales, menos de lo que individualmente contribuyen a las arcas públicas a través del sistema fiscal. Tampoco existe una buena opinión acerca de la justicia en la distribución de la carga de los impuestos.
En sintonía con esa posición mayoritaria, numerosos representantes de diversas formaciones políticas e intelectuales de variada extracción reivindican permanentemente que, de una vez, el impuesto sobre la renta de las personas físicas, el IRPF, el impuesto por antonomasia para el grueso de las familias españolas, cumpla adecuadamente su papel recaudatorio y redistributivo.
Periódicamente, la Administración Tributaria difunde información detallada acerca de las declaraciones del IRPF. ¿Valida la información estadística disponible esas percepciones tan extendidas?
Veamos qué nos dicen los datos correspondientes al ejercicio 2015, para el que el número de declaraciones presentadas, en 2016, fue de casi 20 millones (19,5). Antes de proseguir conviene advertir de la necesidad de adoptar algunas cautelas, ya que dicho número de declaraciones incluye tanto las conjuntas como las individuales. Lo ideal, para analizar la distribución de la carga tributaria, sería tomar como referencia las familias, pero los datos ofrecidos no posibilitan efectuar las agrupaciones pertinentes. Aun así, nos permiten obtener algunos indicios interesantes. Así, esos casi 20 millones de declarantes soportaron una cuota final de 67.045 millones de euros, lo que arroja una media de unos 3.400 euros por declaración, una media poco representativa en verdad, dado el gran recorrido existente.
Si pasamos a observar cómo se distribuye la carga tributaria por los distintos grupos de contribuyentes según niveles de ingresos, podemos señalar lo siguiente:
- El 40% de los declarantes tiene una renta (por todos los conceptos) que no supera los 12.000 euros, cifra en torno a la que se sitúa la renta exenta para los perceptores de rendimientos del trabajo; su aportación a la cuota del IRPF es del 0,8%.
- Casi dos tercios de los declarantes (64,3%) tienen ingresos iguales o inferiores a 21.000 euros, y su aportación a la recaudación del IRPF es algo superior al 10% del total (10,7%).
- Casi dos tercios de los declarantes (64,3%) tienen ingresos iguales o inferiores a 21.000 euros, y su aportación a la recaudación del IRPF es algo superior al 10% del total (10,7%).
- El 80% de los declarantes con menor renta (hasta 30.000 euros) aportan el 27% del total de la cuantía del IRPF.
- Solo un 3,5% de los contribuyentes declaran una renta de 60.000 euros o más, pero su contribución asciende al 35,7% del total.
- Únicamente un 0,4% de los declarantes (algo más de 80.000) perciben una renta igual o superior a 150.000 euros, en tanto que su cuota representa un 5,8% del total.
- En términos cuantitativos es también muy significativa la participación de los declarantes agrupados en el intervalo de renta entre 30.000 y 60.000 euros, unos 3.200.000 en total (un 16,4%), que proporcionan un 37% de la recaudación obtenida.
Por supuesto, el IRPF, aun siendo tan relevante para las familias, es solo uno de los tributos soportados por estas. No obstante, si tenemos en cuenta que la cuota media del IRPF para declarantes con renta entre 30.000 y 60.000 euros es de unos 7.700 euros, podemos hacernos una idea del valor que una persona perteneciente a este grupo habría de atribuir a los servicios públicos y a las prestaciones sociales para no percibir que existe una compensación adecuada.
Por otro lado, también podemos concluir que el exiguo colectivo de los denominados "ricos" tiene una aportación nada desdeñable proporcionalmente dentro de los ingresos obtenidos por el IRPF. Lo anterior no significa, desde luego, que, a pesar de ello, el impuesto sea justo ni, aún menos, óptimo. Ni siquiera que sea realmente progresivo, ya que para poder determinarlo necesitamos incorporar datos referentes a la renta acumulada en cada estrato. Pero esa tarea la dejaremos para otra entrada en este blog.