El
mundo se mueve al ritmo que marca el mercado político de las ideas. Es una de
las tesis que sostiene Thomas Sowell para explicar el papel de las percepciones
sociales respecto a los factores determinantes de la desigualdad y a la
valoración de las políticas económicas y sociales. “Las palabras no son más que
recipientes para transmitir significados de unas personas a otras. Pero, al
igual que otros recipientes, las palabras a veces pueden contaminar su
contenido”, asevera en “Falacias de la justicia social”. Según él, algunas
palabras han contaminado muchos debates sobre políticas sociales.
En
relación con el análisis de la distribución de la renta, considera que “es muy
importante saber si las personas con ingresos elevados aumentan o disminuyen
los ingresos del resto de la población”. Entiende que hay argumentaciones que
pueden ser ingeniosas (“los ingresos altos de algunas personas se [deducen] de
unos ingresos totales fijos o predestinados”), pero subraya que “la astucia no
es sabiduría, y una insinuación ingeniosa no sustituye a las pruebas objetivas
si tu objetivo es conocer los hechos”.