1 de septiembre de 2023

Decisiones individuales vs voluntad colectiva

 

Suele ser habitual que, tras la celebración de unas elecciones generales, se proclame de manera solemne que la voluntad de la sociedad en su conjunto se ha expresado en un determinado sentido. La voluntad del pueblo se ha manifestado, es lo que se afirma con naturalidad. Sin embargo, al llegarse a ese tipo de conclusiones da la impresión de que el cuerpo electoral constituye algo así como un ente abstracto, como una entidad diferente que actúa al margen de los individuos que la integran. Realmente no es así. Esa supuesta voluntad colectiva no es sino el resultado de aplicar una reglas de votación, agregación y distribución de puestos elegibles a una serie de votos individuales que han sido emitidos. No existe nada parecido a una voluntad colectiva. Sólo hay voluntades individuales cuyo resultado, eso sí, da lugar a una asignación que, por tener consecuencias únicas y de alcance nacional, tiene el carácter de una situación colectiva.

Cada persona decide si votar o no y, en el primer caso, adopta una decisión estrictamente individual en función de una potencialmente amplia gama de factores (ideología, identificación con un programa de gobierno, inclinación por perfiles concretos de candidatos, confianza, expectativas, cálculo económico, eficacia de las campañas, posicionamiento de medios de comunicación, vínculos sociales, pronósticos electorales, etc.). El impacto marginal de un voto puede ser muy limitado o nulo, mientras que el impacto total dependerá del grado de concentración con otros afines. Todo voto es autónomo en el momento de su emisión, pero al mismo tiempo absolutamente dependiente de otros para poder materializar una aspiración individual en la configuración del poder político.

En este mismo contexto, tiende a hablarse de una sabiduría superior o, en algunos casos, de una falta de perspectiva global, pero, en el fondo, todo obedece a decisiones individuales. Un resultado global estimado como acertado o no acertado no es más que la síntesis de comportamientos de uno u otro sino a escala individual. No cabe apelar a un espíritu colectivo providencial o desafortunado al que atribuir los pros y los contras del panorama resultante. En primera y última instancia, el elemento crucial no es sino el ejercicio de un derecho individual.

Entradas más vistas del Blog