29 de agosto de 2023

El engañoso significado de algunas estadísticas sobre la pobreza

 

Narra Chris Giles, editor económico del diario Financial Times, que, en 2018, recibió el encargo de actuar como árbitro acerca de cuál de dos economistas que pronosticaron, en ese año, la tasa de pobreza infantil, en Reino Unido, para el período 2021-2022 resultaría, en su momento, ganador de una apuesta. Uno de ellos -el perdedor de las 1.000 libras apostadas- pronosticó que dicha tasa pasaría del 30% en 2016-17 al 41% en 2021-22. El dato real resultó ser del 29%.

El articulista aprovecha el episodio para extraer algunas lecciones de la referida pifia[1]. Parte de recordar que la medida de pobreza infantil utilizada era la proporción de niños que viven en hogares con rentas (después de los costes de la vivienda) por debajo del 60% de la mediana. El problema para el perdedor de la apuesta no fue que el gobierno hubiese aplicado una mayor generosidad en sus políticas sociales, sino, simplemente, no haber previsto que las rentas medianas pudiesen crecer tan lentamente. De aquí concluye que “los resultados demuestran que la medidas relativas globales abusan de la palabra ‘pobreza’. La pobreza medida tiende a aumentar en los tiempos buenos, ya que las rentas medianas reales aumentan más rápidamente, y más personas quedan por debajo del umbral vinculado a la mediana. Aquellas caen en los malos tiempos malos cuando la verdadera pobreza está aumentando”[2].

Finalmente, después de desacreditar de esta manera al indicador utilizado habitualmente para cuantificar la pobreza, destaca como aspecto más importante, “que lo que realmente importa para una genuina reducción de la pobreza es el crecimiento económico”.



[1] Vid. “Lessons from a big bet on poverty statistics”, Financial Times, 30-3-2023.

[2] Algunas cuestiones metodológicas relacionadas con la desigualdad se abordan en el número 13 de la revista eXtoikos (http://www.extoikos.es/n13/pdf/2.pdf).

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