11 de diciembre de 2022

Impuestos sobre datos: opciones fiscales para la era digital

 

Los impuestos son organismos vivos que nacen, crecen, subsisten, e incluso, en algunas ocasiones, se extinguen, en un marco socioeconómico determinado, cambiante a lo largo del tiempo. Como ha señalado Vito Tanzi, la ecología económica y social del mundo tiene un gran impacto sobre el sistema impositivo.

Son numerosas las fuerzas que condicionan el perfil de dicho sistema. La tecnología es una de las más relevantes. Hace ya décadas, desde los inicios de la denominada revolución de las TICs, comenzaron a aparecer propuestas para el establecimiento de impuestos cuya base imponible apuntaba hacia elementos nucleares o accesorios de los nuevos procesos tecnológicos.

Más recientemente, ya en plena digitalización de la economía, vienen surgiendo otras propuestas fiscales centradas en lo que constituye no sólo el input, sino también el output, de la nueva economía, los datos. Tanto es así que se propugna su utilización incluso como alternativa a los indicadores estrella de la capacidad de pago, la renta y el consumo.

Varias son las alternativas para instrumentar un impuesto sobre los datos digitales. Howard Gleckman llega a preguntarse si “Could A Data Tax Partially Replace the Corporate Income Tax?” (Tax Policy Center, 18-10-2022).

Para la respuesta a este interrogante deberemos quizás esperar algunos años, pero lo que sí está claro es que ha aparecido un nuevo y floreciente tax handle musgraviano que, seguramente, no será dejado de lado por unos sistemas impositivos sometidos a múltiples retos.



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