Desde que algunos indicadores
comenzaran a amenazar con dar jaque al PIB[1],
lo cierto es que su hegemonía apenas se ha resentido en la práctica. Conforme pasan
los años, son cada vez los nuevos indicadores económicos alternativos que salen
a escena sin que, hasta ahora, hayan logrado demasiado éxito en el empeño de
ofrecer una imagen más ajustada de las consecuencias de la actividad económica
registrada en las cuentas nacionales.
Recientemente, con ocasión de la celebración
del Día de la Tierra (22 de abril), el Presidente Biden firmó una orden ejecutiva
para encargar a la Office of Science and Technology Policy el desarrollo de una
guía para un mejor cómputo de la naturaleza y sus beneficios en la toma de
decisiones del gobierno federal, de manera que lleve a las primeras cuentas de capital
natural para Estados Unidos[2].
Tales cuentas del capital natural
medirán el valor económico que los recursos naturales proveen a la sociedad, e
ilustrarán cómo una economía robusta depende de un medioambiente natural bien
conservado”[3].
Como recuerda The Economist, los
esfuerzos en esta línea no son del todo nuevos, y algunos anteriores no
lograron salir adelante. Ahora existe la esperanza de que prospere la iniciativa
y que, una vez que se disponga del nuevo indicador, pueda arrojarse luz sobre las
elecciones entre crecimiento y sostenibilidad, ayudando a que los políticos y
los inversores se aparten de la adopción de decisiones perjudiciales[4].
¿Llegaremos a poder contraponer pronto el PIB con el RAN?
[1]
Vid. “Jaque al PIB”, La Opinión de Málaga, 7 de octubre de 2009.
[2]
The White House, “Executive Order on Strengthening the Nation’s Forests, Communities,
and Local Economies”, 22 de abril de 2022.
[3]
The White House, “A New National Strategy to Reflect Natural Assets on America’s
Balance Sheet”, 21 de junio de 2022.
[4] The
Economist, “Looking beyond GDP”, 17 de septiembre de 2022.