29 de octubre de 2022

Los estudios de Medicina: oferta vs demanda

 

Oferta vs demanda. Vaya ley. Aunque no se materialice en una formulación tan exacta y elegante como una expresión newtoniana, su dictado es inapelable y se impone en los más variados territorios. El de la educación universitaria no es una excepción. Las consecuencias de restringir o no la oferta de plazas para cursar estudios universitarios de las distintas especialidades son notorias. Tanto para el mercado laboral como para los estándares de la enseñanza. Si los inputs son distintos y también las condiciones del proceso formativo, no es de extrañar que los resultados cognitivos, a la larga, también lo sean.

Siempre me han llamado la atención las diferentes circunstancias que imperan en la realidad entre algunas selectas titulaciones con acceso restringido y sujeto a elevadas exigencias académicas, y otras sin limitaciones efectivas de cupos y con niveles de exigencias académicas mucho más moderados. Pese a ello, puede darse una situación en la que las titulaciones con una oferta de estudios más limitada sean las más demandadas en el mercado laboral, incluso con acusados déficits de profesionales. En España, los estudios de Medicina representan un caso paradigmático con una sujeción tradicional a una estricta fórmula de numerus clausus, que ha venido provocando no pocos dramas y frustraciones personales, y ha impedido que muchas personas no pudieran desarrollar su vocación profesional. Adicionalmente a las dificultades de acceso a los estudios universitarios, y a las exigencias de éstos, el arduo y riguroso proceso de especialización ulterior no viene sino a reforzar la capacitación para el ejercicio de la profesión. Una reflexión casi ineludible es la siguiente: si la solidez formativa ha quedado demostrada con este modelo, ¿no podría aplicarse uno similar a otras titulaciones académicas con gran impacto en la sociedad?

Las consecuencias negativas de la limitación de las plazas para el estudio de Medicina se manifiestan con especial intensidad en el Reino Unido, donde existe un déficit de más de 12.000 médicos en el National Health System. Para 2022, el número de solicitudes ascendió a cerca de 30.000, frente a un cupo global de 7.500.

Bien es cierto que la calidad del sistema educativo no puede garantizarse expandiendo simplemente el número de plazas, pero es no impide constatar la “extraña paradoja” que señala una estudiante británica inmersa en el itinerario escolar para poder acceder a una Escuela de Medicina: “por un lado el NHS afronta una crisis de personal y, por otro, los estudiantes del Reino Unido luchan desesperadamente por las escasas plazas de formación”[1]. Una estudiante en la que no hizo mella la advertencia de algunos antiguos alumnos de Medicina que proclamaban que era más difícil lograr el acceso a la Facultad que el estudio en sí mismo.





[1] Vid. M. Rana, “The health paradox: a dearth of doctors and a surplus of applicants”, Financial Times, 28-10-2022.

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