8 de octubre de 2022

La terrible confesión de los vencidos

 

A tenor de los acontecimientos que surgen sin tregua desde todos los puntos cardinales, la tendencia a visitar las páginas de las Sagradas Escrituras, rememorando las efectuadas en la lejana época de la infancia, ahora a la búsqueda de un breve lapso de sosiego, se ve reforzada con el paso de los días. Curiosamente, algún lector (tal vez el único) anónimo de este blog me ha hecho llegar un ejemplar de una estupenda, cuidada e ilustrativa edición (“traducción totalmente revisada con amplias notas e introducciones”) del imbatible best seller (La Casa de la Biblia, PPC, 2011).

Lamento no poder expresarle personalmente mi agradecimiento, aunque espero que pueda llegarle a través de este recóndito rincón. De haber podido contactar con él, habría aprovechado para preguntarle por qué estaba señalada la primera página del libro de los Jueces. En ella se describe cómo Judá derrota a los cananeos y a los pereceos, tras una batalla: “Adonibézec huyó, pero ellos los persiguieron, lo prendieron y le cortaron los pulgares de manos y pies. Adonibécez comentó: Setenta reyes, con los pulgares de pies y manos cortados, recogían las migajas bajo mi mesa. Dios me paga con la misma moneda”.

No acaban ahí las sorpresas. Encontramos una cuando vemos el lugar de impresión del libro. Al hacerlo comprobamos cómo los intereses económicos son capaces de trasvasar -bidireccionalmente- las posiciones religiosas e ideológicas: “Impreso en China/Printed in China”.

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