A
tenor de los acontecimientos que surgen sin tregua desde todos los puntos
cardinales, la tendencia a visitar las páginas de las Sagradas Escrituras, rememorando
las efectuadas en la lejana época de la infancia, ahora a la búsqueda de un
breve lapso de sosiego, se ve reforzada con el paso de los días. Curiosamente,
algún lector (tal vez el único) anónimo de este blog me ha hecho llegar un
ejemplar de una estupenda, cuidada e ilustrativa edición (“traducción
totalmente revisada con amplias notas e introducciones”) del imbatible best
seller (La Casa de la Biblia, PPC, 2011).
Lamento
no poder expresarle personalmente mi agradecimiento, aunque espero que pueda
llegarle a través de este recóndito rincón. De haber podido contactar con él, habría
aprovechado para preguntarle por qué estaba señalada la primera página del libro
de los Jueces. En ella se describe cómo Judá derrota a los cananeos y a los
pereceos, tras una batalla: “Adonibézec huyó, pero ellos los persiguieron, lo
prendieron y le cortaron los pulgares de manos y pies. Adonibécez comentó:
Setenta reyes, con los pulgares de pies y manos cortados, recogían las migajas
bajo mi mesa. Dios me paga con la misma moneda”.
No
acaban ahí las sorpresas. Encontramos una cuando vemos el lugar de impresión
del libro. Al hacerlo comprobamos cómo los intereses económicos son capaces de
trasvasar -bidireccionalmente- las posiciones religiosas e ideológicas: “Impreso
en China/Printed in China”.