3 de septiembre de 2022

Política presupuestaria: percepciones y realidades

Acostumbra el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) a publicar en plena canícula los resultados de su informe anual en el que se pulsa la opinión pública sobre distintas cuestiones relacionadas con la política presupuestaria. El estudio ofrece información de gran utilidad acerca de las percepciones sociales sobre aspectos cruciales de la actuación del sector público en España. A raíz del publicado este año (“Opinión pública y política fiscal”, estudio nº 3374, julio 2022) pueden efectuarse, entre otras, las siguientes observaciones:

1.     Una clara mayoría de personas atribuye bastante o mucha importancia a la conducta de no evadir impuestos. Sin embargo, algo más de un 90% entiende que existe bastante o mucho fraude fiscal en España, y dos tercios, que no hay más fraude por temor a una revisión.

2.     Para la mitad o más de los entrevistados, el funcionamiento de los servicios públicos es relativamente positivo en los casos de la asistencia sanitaria, el transporte, la seguridad ciudadana y, algo menos, en el de la enseñanza. El mayor descontento se expresa en relación con la administración de la justicia.

3.     Pese a lo señalado, un 72% piensa que se destinan muy pocos recursos a sanidad, un 75%, respecto a protección del medioambiente, y un 57%, a enseñanza. Un 28% estima que es excesivo el gasto en defensa. Del gasto público total en España, un 42% se dedica a protección social, un 15% a sanidad, un 9% a educación, un 2% a defensa, y un 2% a protección del medioambiente.

4.     Una quinta parte de la población se muestra claramente a favor de pagar más impuestos para mejorar los servicios públicos y las prestaciones sociales. En la pregunta formulada no se distingue entre servicios generales, que afectan indiscriminadamente al conjunto de los ciudadanos, y los servicios individualizables, que tienen beneficiarios concretos.

5.     No obstante, la formulación específica de otra pregunta lleva a que cada persona se plantee su propia “balanza fiscal individual”, contraponiendo lo que aporta a las arcas del Estado y los beneficios que obtiene del gasto público. Curiosamente, casi un 56% de los encuestados considera que la sociedad se beneficia poco o nada de lo que se recauda mediante impuestos y cotizaciones sociales. Y casi dos de cada tres personas estiman que reciben menos de lo que contribuyen individualmente.

6.     Algunas consideraciones se hacen necesarias en este contexto. El principio impositivo en el que, según nuestra Constitución, se sustenta el sistema tributario español es el de capacidad económica, que establece obligaciones contributivas con independencia de los beneficios recibidos del sector público. El principio del beneficio desempeña un papel absolutamente secundario. Por otro lado, las prestaciones asociadas a las cotizaciones sociales han de apreciarse, con carácter general, en el futuro.

7.     Dos tercios de los participantes en el estudio se declaran partidarios de la aplicación de impuestos directos frente a los indirectos; un 41% cree que en España se pagan muchos impuestos, y un 34%, que la carga es superior a la de otros países avanzados de Europa. Objetivamente, esto es no así en términos agregados, lo que no impide que la carga de los “contribuyentes efectivos” sí pudiera ser superior a la existente en otros países.

8.     Un 80% considera que los impuestos no se “cobran con justicia esto es, que pagan más quienes más tienen”. Aparte de que la literalidad de este enunciado puede cumplirse en la práctica con impuestos regresivos, se da la circunstancia de que, en España, el 54% de la cuota del IRPF corresponde al 90% de las declaraciones con menos ingresos, y el 46% al 10% de las declaraciones con mayor nivel de ingresos.

9.     Una gran mayoría conoce que el tipo de gravamen general del IVA en España es del 21%. Ha desaparecido la pregunta relativa a la atribución de los ingresos de los diferentes impuestos por niveles de gobierno, en la que los porcentajes de aciertos solían ser bastante inferiores.

10.  Al margen de las cuestiones de índole presupuestaria, el informe pone de relieve la existencia de una considerable satisfacción de los encuestados respecto a su vida familiar (media de 8,7 sobre 10), su salud (7,9), su vida social (7,9) y su nivel de vida (7,4). No obstante, cerca de un 10% califica su situación económica personal como mala o muy mala.

(Artículo publicado en el diario “Sur”)





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