15 de septiembre de 2022

Las expectativas importan… en la paz como en la guerra

 

Cuando se produjo la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso, existía una creencia generalizada en el sentido de que se trataría de una “guerra relámpago”, que incluso podría llegar a superar en brevedad a la Guerra de los Seis Días. Esa expectativa, como cualquier otra, condicionó los posicionamientos y las actuaciones inmediatas. Ante un desequilibrio militar tan grande, el envío de armas al país invadido podría servir solo -según una opinión extendida- para agravar la situación, prolongando inútilmente una situación para la que no había salida.

Sin embargo, como recuerda M. Sandbu, las expectativas acerca de lo que va a ocurrir juegan un profundo papel en lo que acaba ocurriendo. De esta suerte, la sorprendente resistencia ucraniana, al confundir las expectativas sobre una inminente derrota, cambió los vientos políticos en los países occidentales, y la contraofensiva reciente ha vuelto a cambiarlos[1].

Los políticos, según Sandbu, saben cómo manejar las expectativas, y son conscientes de la trascendencia de las batallas en el terreno de la comunicación. También conocen su importancia los economistas, aunque, en opinión del columnista del Financial Times, de manera menos refinada. El papel de las expectativas es crucial dentro de la teoría de juegos, e incluso se ha desarrollado el concepto de las profecías autocumplidas.

Sandbu analiza la similitud existente entre la guerra y la economía: “Puesto que las expectativas importan, ambas son profundamente impredecibles. Y ninguna es plenamente determinada por factores ‘fuertes’, sino que se ven influenciadas por la psicología de las masas”. Ésta actúa como una fuerza fundamental respecto al curso de los acontecimientos económicos y políticos.



[1] Vid. “Economics lessons from the war: expectations matter", Financial Times, 15-9-2022.


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