Aun cuando no necesariamente
exista una relación subyacente de causación, los datos disponibles a escala
internacional muestran la existencia de una correlación positiva entre la vulnerabilidad
al cambio climático y el riesgo de sufrir crisis fiscales. A la vista de estos vínculos,
se ha propuesto la utilización de debt-for-climate swaps como un instrumento
que puede ayudar a los países a abordar al mismo tiempo los problemas relacionados
con el clima y los asociados a la deuda. La idea es utilizar ese instrumento
para proporcionar alguna ayuda para afrontar la carga de la deuda a cambio de
que el ahorro obtenido se dedique a proyectos beneficiosos para el
medioambiente.
En su forma más común, a través
de un swap tripartito, una ONG internacional presta los fondos captados
de inversores (o donantes) ASG a un país deudor a tipos de interés por debajo
del nivel del mercado, con la condición de que (i) el deudor utilice los fondos
para recomprar deuda comercial con un descuento, y (ii) una parte del alivio
resultante de la deuda (la diferencia entre el coste de la deuda comercial
retirada y la nueva deuda contraída con la ONG) se utilice para financiar inversiones
o acciones relacionadas con el clima.
Un ejemplo (tomado de Chamon,
Marcos, Erik Klok, Vimal Thakoor, and Jeromin Zettelmeyer. 2022.
“Debt-for-Climate Swaps: Analysis, Design, and Implementation.” IMF Working
Paper 2022/162, International Monetary Fund, Washington, DC) se recoge en el esquema
adjunto: (1) La ONG obtiene financiación de inversores ASG; (2) La financiación
se trasvasa mediante un préstamo a un vehículo de propósito especial; (3) Este
vehículo financia los proyectos seleccionados, y (4) proporciona un préstamo al
gobierno, que (5, 6) el gobierno utiliza para recomprar deuda de acreedores
comerciales. Finalmente, (7) el servicio de la deuda procedente del gobierno fluye
al vehículo de propósito especial, (8) la ONG, y (9) los inversores que
aportaron la financiación original.